Just Hold On

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Ran detuvo el auto justo enfrente de aquél lugar que ya se hallaba lleno de personas que acudían a tomar algo o a consumir los alimentos que los gemelos atendían.

Bajó del auto asegurando que estuviese bien cerrado para así caminar tranquilamente hacia el local. Podía escucharse como el escándalo se hacia presente dentro, lo normal en un restaurante-bar.

Sonó la campanilla de entrada provocada por el movimiento de la puerta pero nadie se tomó la molestia de averiguar de quien se trataba.

Ran buscó con la mirada tanto un lugar como al de cabellos color melón, deteniendo la misma en cuanto al menor halló: ahí estaba, detrás de la barra de bebidas realizando con mera habilidad los tragos que se le pedían y para su fortuna un lugar estaba desocupado delante del mismo.

Con sonrisa adornando sus labios avanzó sigilosamente entre las mesas y los comensales y mirada no quitaba del Kawata; tan hábil lucía ante sus ojos, ese tipo de cosas le hacían que le gustara más.

Tomó asiento frente a este en total silencio, Nahoya pudo notar su presencia más no darse cuenta de quien se trataba.

─ ¡Buena noche! ¿Qué puedo servirle el día de hoy? Nuestra bebida especial de esta noche son las medias de seda así que en la compra de un ramen picante la bebida va a mitad de precio. ─ Habló Nahoya.

Ran sin desaparecer sonrisa recargó su codo en la barra, para así tambien hacer uso de la palma de su mano para colocar una de sus mejillas.

─ ¿Y el bar tender va dentro del servicio? ─ Preguntó en un tono ciertamente juguetón.

Enseguida de ese comentario Nahoya levantó su mirar posando ojos en los del Haitani.

─ ¿Cuándo va a ser el día en que me dejes trabajar en paz? ─ Mencionó entre dientes el Kawata, mientras que apretaba la mano con la que sujetaba una cuchara.

─ Debía intentarlo~ pero muero de hambre esta vez así que dame uno de esos ramen picante y una medias de seda ¿Está bien? ─ Pidió con amabilidad y sin más opción Nahoya anotó aquél pedido, mismo que se lo encargó a uno de los chicos que les ayudaban en el local.

─ Me da miedo preguntar por qué viniste aquí así que me saltaré ese paso sólo para preguntar por mera cortesía ¿Cómo está Rindō? ─ Cuestionó el mayor Kawata y Ran risilla soltó por aquella tan nada apreciable explicación.

─ Está mejorando, puede que mañana lo den de alta. Creí que Souya te había estado manteniendo al corriente. ─ Comentó el Haitani, mientras Nahoya terminaba de preparar la bebida de este y, con sonrisa para nada gustosa, la colocaba delante de él.

─ Por ser para ti la bebida vale el doble. ─ Añadió, haciendo que Ran levantara ambas cejas con sorpresa.

─ Naho~ que desalmado eres, haciendo fraudes enfrente de tus comensales.~ ─ Canturreó, dando pequeño sorbo a la bebida.

─ Sólo para ti, ya sabes, cortesía de la casa. ─ Añadió mientras la sonrisa que siempre tenía extendió. ─ Y no me llames Naho, me dá repelús. ─ Añadió, en tanto camino emprendía para repartir algunas bebidas que tenía ya listas.

Ran rodó los ojos, pero con mirada estuvo atento a lo que hacía el chico. Su atención fue desviada en cuanto su plato llegó por manos de Souya. ─ ¿Ran? Que extraño verte aquí ¿Y Rindō? ─ Aprovechó a comentar el gemelo ladeando a la par suavemente la cabeza.

─ Está bien, lo cuida Sanzu. Mañana seguro le dan el alta así que seguro dirá que quiere que vayas con él. ─ Respondió sin importancia mientras separaba los palillos que le habían otorgado.

Un suspiro soltó Souya mientras mueca se le marcaba en los labios. ─ Igual que un maldito mocoso. Pero está bien, dile que mande un mensaje si eso quiere. ─ Añadió como último el peliazul, retirándose entonces de donde estaba el Haitani para volver a sus deberes.

Nahoya volvió nuevamente mientras Ran comía de forma tranquila el alimento. Cierto silencio incómodo reinaba para Nahoya quien no sabía si era peor escucharle decir estupideces o quedarse sólo con el sonido tan cercano de él comiendo.

─ Estaba pensando Smiley~ que ya que mi hermano saldrá del hospital y ya tengo tiempo libre quizás tú y yo poda...

─ No, no podemos, no quiero. ─ Respondió Nahoya sin duda. Vaya hueso más duro de roer pensó el Haitani.

Hate you, but, I love you. ❪ RanLey ❫ ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora