Epílogo: Boy With Luv

2.9K 435 195
                                    

- ¡Salen dos órdenes de ramen! - Gritó Nahoya en voz alta, mientras uno de los empleados iba corriendo a tomar aquellas órdenes y dejarlas en las respectivas mesas. El restaurante estaba llenísimo, últimamente las cosas iban bastante bien para ser verdad pero, ni Souya ni Nahoya tenían queja alguna. Faltaban algunos minutos para cerrar así que ya estaban por terminar con los últimos clientes.

Nahoya se mantenía terminando de lavar los trastes que quedaban, mientras Souya terminaba de guardar las cosas que eran alimentos y demás. - Hey Smiley, le dije a Rindō que hicieramos cita doble y dijo que si, ¿Le preguntaste a Ran? - Mencionaba Souya a la vez que guardaba los condimentos de ramen. - Se lo dije pero dijo que fuéramos a una isla no sé dónde, está mal de la cabeza después de tanto. - Respondió Nahoya, quien arrugaba la nariz al recordar la plática y las opciones locas que el Haitani le había comentado. - Rindō también mencionó algo parecido: los dos no tienen nada mejor en qué desperdiciar el dinero. -

Un suspiro soltaron los gemelos a la par, mientras la campanilla de la puerta sonó. La atención de los gemelos fue directamente a la puerta encontrando así a los hermanos entrar tranquilamente. - Buen trabajo. - Exclamaron ambos Haitani. Souya dejó lo que hacía para saludar a Rindō, mientras Nahoya volteó a sonreir a Ran terminando de acomodar los últimos trastes que había terminado de lavar.

- Oye deja de hacer eso y ven a saludarme como deberías. - Refunfuñó Ran, haciendo que Nahoya riera divertido. - A ti te veo a diario idiota, además que en casa no me sueltas en ningún momento. - Sacó la lengua en acompañamiento, así como Ran dibujó media sonrisa en su rostro. Nahoya terminó su trabajo, yendo con Ran para jalarlo y poder dar un beso. - Ahí tienes tu tonto saludo, tan tonto como tú. - Recriminó el mayor Kawata, a lo que el Haitani como venganza dió suave mordida al labio de este. - Ajá, arreglamos cuentas en casa~. -

Después de resolver que Ran se quedara en Japón, Ran y Nahoya decidieron vivir juntos, a la par que Rindō y Souya también hicieron lo propio. Ambas parejas decidieron comprar departamentos en el área de Roppongi, por lo que la antigua casa de los Haitani se quedó como una especie de casa de vacaciones o para cuando a alguno de los cuatro se les antojara ir a relajarse ahí. Nahoya y Souya seguían atendiendo el restaurante, mientras los Haitani hablaron con Mikey y finalmente quien tomó el lugar de Ran fue Takeomi: bajo varias amenazas y condiciones.

Salieron los cuatro del restaurante asegurandose de haber cerrado bien el local. - Te veo mañana Smiley. - Exclamó el peliazul antes de subir al auto de Rindō. - Te veo mañana Angry. - Respondió el de cabellos melones, quien subía tambien al auto de Ran. - Por favor, se ven a diario no debemos pasar por este ritual todos los días. - Comentó con pesadez Rindō, mismo que cerraba la puerta del piloto. - CÁLLATE HAITANI, SIGUE CUIDANDO BIEN DE MI HERMANITO O TE CORTARÉ LAS BOLAS. - Gritó Nahoya a través de la ventana.

Ran solamente reía sin reclamar nada a Nahoya; mentiras el Kawata no decía. Encendió el automóvil manejando de vuelta a Roppongi, mientras Nahoya miraba a la carretera bastante alegre, por lo que Ran le miró de reojo. - Te veo muy entusiasmado y extraño ¿Algo bueno? - Preguntó curioso. Nahoya volteó a ver a Ran mostrando una sonrisa más amplia. - Me gusta estar contigo. - Dijo honesto, haciendo que Ran soltara una risa divertida. - Nunca te entenderé, pero eso es lo que me gusta de ti. - Respondió. En eso, el chico tomó una desviación de la carretera, parecía que no iban a casa.

Nahoya se pudo dar cuenta de eso y debía preguntar sin duda. - Parece que se te ha olvidado el camino a casa, este no es. - Ran negó, indicándole con su indice que hiciera silencio. - Sólo espera un momento y sabrás a donde vamos. - Nahoya seguía confundido pero, confiaba en lo que hacía Ran. Fue un viaje un poco largo, pero el destino fue la playa. Nahoya cada vez se veía más intrigado, pero en cuanto el auto se detuvo Ran salió del mismo, indicándole que le acompañara.

Emprendieron una caminata por la arena, tomados de las manos y Ran comenzaba a hablar. - Ha pasado ya bastante desde que fuiste al aeropuerto ¿Te acuerdas? - A su comentario Nahoya se cubrió con la palma de su mano. - No debes recordar cosas tan vergonzosas, admito que fui un idiota esa vez. - Ran rió, deteniéndose un momento. Se colocó frente a Nahoya y sujeto mejillas ajenas suavemente dando pequeñas caricias con sus pulgares.

- Naho, aún con esas cosas que pasaron, no tengo arrepentimiento de haberlo hecho. - Exclamó, un beso dejó en su frente mientras Nahoya miraba confuso. - ¿Por qué dices esas cosas bobo? Estás muy extraño. - Comentó. En ello, Ran metió su mano en el bolsillo que se encontraba en el interior de su saco. Una pequeña cajita reveló misma que abrió frente a Nahoya. Era un anillo, un anillo de plata que tenía pequeños diamantes azules incrustados alrededor. Ran se arrodilló en una pierna frente a este sin retirar mirada del mismo.

ㅤㅤㅤ- Nahoya Kawata ¿Te quieres casar conmigo?

Nahoya miraba con ojos abiertos de par en par, sin creer lo que estaba viendo. Cómo odiaba las cosas tan cursis, las odiaba pero, viendo a Ran de esa manera sólo hacía que su corazón explotara en calor. La respuesta estaba más que clara, por lo que se acercó a a dar un beso largo en los labios del Haitani mientras él mismo se colocaba el anillo, siendo adornados por el sonido sereno de las olas junto a ellos.

Hate you, but, I love you. ❪ RanLey ❫ ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora