Numb Without You

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Y justo ahí, en ese momento, con el rostro bañado en lágrimas, con el sol de la mañana iluminandolas, absortas de todo el mundo exterior, con las manos de ambas entrelazadas, fue que Juliana pensó que el mundo se podía ir al demonio, mientras nunca jamás le falta la luz que existía detrás de esos ojos azules.

— Val — La voz de Juliana no era más que un susurro que el mismo aire se llevó — Valentina — la mujer no estaba segura de la respuesta que esperaba de su novia.

La mirada de la aludida estaba fijamente en ella, como tratando de encontrar las respuestas a una pregunta que aún no había sido hecha, se movió apenas nada, deteniéndose de inmediato con una mueca en el rostro

— Ahh — dijo llevándose la mano al abdomen y cerrando los ojos con fuerza por la molestia — ¿Que me paso? — y ahí estaba, la misma Valentina de siempre, fue como si el dolor la hubiera terminado de despertar de su somnolencia y regresado al presente.

Ahora era Juliana la que la observaba con lágrimas en los ojos, como si no se creyera que la estaba viendo, escuchando. Se levantó de la silla y le sostuvo el rostro ante esa mirada azul llena de confusión. Le apartó el cabello de la frente y comenzó a besar su rostro mientras las lágrimas caían irreparablemente de sus ojos y comenzaba a llorar con un poco más de fuerza, mientras llegaba al cuello de la castaña para quedarse ahí, tratando de soltar todas las emociones de las últimas horas.

— En tu vida, vuelvas a hacerme esto Valentina Carvajal, en tu vida — la voz de Juliana salió entre sollozos, aún sin levantar el rostro de su cuello.

Valentina trataba de entender que estaba sucediendo, porque la secuencia de eventos de la noche anterior eran borrones en su memoria, recordaba la fiesta, ella besando a Juliana, sus hermanos brindando con ella, subirse a su auto, y todo a partir de entonces, estaba en blanco. Abrazó a Juliana con una mueca de dolor y sintió su estómago apretado con vendas. Fué entonces cuando todo su cuerpo gritó de dolor.

— Llamaré a un doctor, tienen que revisarte, ¿está bien? — Juliana se levantó con el rostro aún bañado en lágrimas besó su frente y peinó su cabello hacia un lado, antes de salir de la habitación y regresar con un par de doctores y enfermeras que la bombardearon con preguntas, Juliana se limitó a observar la escena desde la puerta de la habitación con una gran sonrisa que iluminaba sus ojos cafés.

Valentina estaba bien, estaba pálida, adolorida, la verdad no se veía como en el mejor de sus días. Pero respiraba, sentía dolor, su mirada trataba de captar los movimientos rápidos de los doctores a su alrededor. Estaba con vida, y eso era lo único que importaba.

—¿Recuerda algo de su accidente señorita Carvajal? — preguntó una doctora, mientras revisaba el golpe en su ojo y chequeaba sus signos vitales.

— ¿Hay algo en particular que necesite recordar? — respondió la aludida con una mueca por el dolor en su ojo.

La joven doctora dio unas indicaciones a una de las enfermeras y comenzaron a administrarle medicamentos vía intravenosa.

— Tuvo un accidente, bastante fuerte — comenzó la doctora a narrar mientras Juliana se acercaba de nuevo a su lado y tomaba su mano — Llegó aquí inconsciente y la tuvimos que intervenir de emergencia. Sufrió un paro en el quirófano.

— ¿Qué yo me morí? — preguntó la ojiazul retorciéndose de nuevo y mirando a Juliana mientras sentía un fuerte apretón en su mano.

— Por un breve momento, podría decirse que sí — dijo la doctora dándole una sonrisa — Afortunadamente, usted es una mujer joven y saludable, pudimos traerla de vuelta y queremos que se quede así por mucho tiempo más. Necesita descansar, vamos a tenerla en observación unos días y dentro de poco le daré el alta para que pueda ir a casa.

Everything's Not LostDonde viven las historias. Descúbrelo ahora