-. ¡Gracias Alirio!.- respondió la joven morena mientras se bajaba de la SUV y comenzaba a caminar en dirección a la alberca de la mansión.
Era un camino que había hecho tantas veces a lo largo de 3 años que sabía que podría recorrerlo con los ojos cerrados. También porque era su lugar favorito en toda la casa. Muchas tardes las paso aprendiendo a nadar en esa alberca a insistencia de su amiga, otras noches incluso las pasaron acampando en el patio viendo las estrellas, nombrándolas, contando historias, algunas otras tocando con Guille y con ella hasta la madrugada, algunas más solo hablando los tres acerca de todo y de nada. Sus favoritas siempre y si dejar lugar a dudas era las que pasaba sola con Valentina.
En esas ocasiones sentía como Valentina y ella se conectaban de una manera que para ella siempre la había parecido asombrosa, del tipo de asombro que equiparaba al descubrir una nueva estrella en el firmamento o esa sensación que te da el redescubrir algo mínimo dentro de un todo que creías ya saberte de memoria. Algunas veces hablaban de temas que no tocarían con Guillermo en frente, le gustaba mucho compartir con Valentina secretos de juventud, temores sobre el futuro y escuchar a la chica de ojos color cielo como narraba sus inseguridades y la manera en la que describía lo perdida que se sentía en la vida.
A veces se internaban en cosas que dolían mucho, como la muerte de la mamá de Valentina que aun a pesar de los años, sabía lo que había pasado por Guille, pero nunca de ella y eran limites que siempre había honrado por respetar, de igual manera que lo había hecho Val al no insistir con temas que le lastimaban a ella como lo era el abandono de su padre hacia poco más de 4 años. Ambas sabían, que aunque ninguna de las dos pudiera resolver los problemas de la otra, hablarlo siempre les reconfortaba el corazón.
La pudo ver a la distancia sentada en un camastro y con la mirada perdida en el movimiento del agua en la alberca y su mentón reposando en su guitarra color chocolate haciendo un puchero muy chistoso con los labios. Valentina no había notado que se acercaba aún y a Juliana una sonrisa le ilumino el rostro mientras le brinco el corazón de un golpe.
No era la primera vez.
Pero cada vez costaba más y más esfuerzo hacer que ese galopar de su corazón no le perturbara la conciencia.
-. ¡Hey!.- grito la joven tratando de evadir de nuevo sus pensamientos, mientras se acercaba.
Valentina levanto la mirada parpadeando varias veces y le sonrió de vuelta.
Era como magia verla sonreír.
-.¡Juls!.-Por alguna razón amaba el sonido que tenía su nombre cuando Valentina lo decía, más aun con ese apodo que le había dado un día de la nada, y que lo consideraba demasiado Val a la fecha, si Guille se lo decía, siempre le daba un manotazo en el estómago.
Le aterrorizaba la idea, sí, pero era una verdad completamente innegable que podría vivir a base de ese sonido en su voz.
Hacía años que se habían conocido cuando Juliana le estaba enseñando a tocar a su hermano, el click con su personalidad fue inmediato, Valentina ese mismo día por la tarde rogo a su padre que la inscribiera en la misma escuela de Guillermo para aprender a tocar guitarra también. La química entre los 3 fue inmediata que crearon una pequeña banda, "Los Yupis" la cual se limitaban a un número de fans de exactamente 4 personas, su mamá, el padre de Valentina, Chivis, y ocasionalmente, Eva.
Juliana paso noches enteras pensando en incontables ocasiones y sobre analizando lo que le parecía tan especial en Val. Inicialmente considero que su capacidad de tocar guitarra le hacía admirarla, se le daba con mucho más naturalidad podría esperar y pronto alcanzo y supero a su hermano, luego considero que quizá podría ser por su voz, la manera tan naturalmente cantarina que las notas salían de su garganta y con la versatilidad de poder cantar algo de AC/DC, Metallica y al instante siguiente interpretar una balada romántica de Air Supply o The Cardigans.
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Everything's Not Lost
FanfictionTras años de huir a Valentina le ha llegado la hora de enfrentarse con sus demonios, en particular con uno de hermosos ojos color chocolate. Después de haberse ido sin aparente explicación, es su turno de congraciarse con todo aquello que la alejo d...