-. Juls.-
El tenue sonido de su voz salio en apenas un susurro rompiendo el silencio de una noche con un cielo lleno de relámpagos con una lluvia impasible cayendo por todos lados.
-. Juls.- elevo un poco más la voz para hacerse escuchar, llevo su mano hasta el brazo de la joven acostada frente a ella provocando de inmediato que sus ojos color chocolate se abrieran, mientras giraba la cabeza para hacer contacto con los azules de ella.
-. ¿No puedes dormir?.- pregunto la aludida girándose para quedar frente a frente con la castaña, recibiendo un movimiento de su cabeza como negativa.-. Tienes tu "cara pensante"
Juliana llevo su mano hasta el rostro de la joven peinando sus cabellos y pasando unos cuantos detrás de la oreja de la ojiazul, que contemplo los movimientos como en cámara lenta. El calor le nació en el pecho, cuando sintió la mano de Juls acariciarle la mejilla con cariño, se contuvo todo lo que pudo para no cerrar sus ojos y suspirar con la caricia.
Pasaron poco más de dos meses desde que se besaron por primera vez a la orilla de la alberca. Y resulto ser algo tan natural y que sin duda se sintió tan bien que tuvieron que detenerse antes que a Chivis le dieran un infarto si las encontraba. Al separarse, cada una era solo sonrojos y sonrisas que llegaban hasta sus ojos, como si el peso de una vida entera se les hubiese quitado de los hombros, era una especie de liberación que solo obtienes del hecho de saber qué eres correspondido y que el corazón de aquel al que amas lo tienes en tus manos para cuidarlo como lo más sagrado en la faz de la tierra.
Y para Valentina el tener una parte del corazón de Juls entre sus dedos estaba siendo el mayor regalo que la vida le había dado, después de tenerla a ella como su amiga en su vida, claro está. Habia repasado una y mil veces en el pasado como poder abordar a Juliana y poderle expresar sus sentimientos. De algo estaba muy segura, que quizá Juls no le correspondería, pero jamás se alejaría. La morena era toda comprensión y cariño. Su amistad estaba basada en la confianza, el cariño, el afecto y el respeto mutuo, conocía a Juliana.
Pero el día que se decidió a hablarle toda su pre concepción de ese momento se fue a la basura, intento articular palabras, pero tenerla frente a ella jamás le había quitado la capacidad de hablar y lo único que se le ocurrió fue besarla torpemente.
-. Pensaba en nosotras.- dijo al fin la castaña acercándose un poco más a la morena que hizo lo mismo quedando separadas lo necesario. La tormenta caía con fuerza afuera y un relámpago les ilumino el rostro por un momento breve.
-. ¿Qué hay de nosotras?.- Juliana le pregunto desviando la mirada hacia su mano y trazando suaves círculos en el dorso de la misma.
Aunque la alberca fue la primera vez que se besaron, no fue la última. Cada momento medianamente decente se podía tornar en el escenario adecuado para hacerlo, los labios de Juliana eran completamente adictivos para ella y de verdad que no era consiente como era posible que pudiera contenerse tanto de no lanzarse a ellos en cualquier lugar o momento. De ser por ella viviría pegada a su boca todo el tiempo. Sin embargo, ninguna de las dos había hablado de lo que sentían quizá por miedo a que la fantasía se disolviera si las palabras fueran dichas en voz alta, por el miedo a que no estuvieran en la misma página, o solamente porque ellas mismas no sabían que era lo que estaba pasando. Durante dos meses, todo fue escabullirse, besarse cuando podían y no decir nada esperando que el universo no las escuchara y no les quitara esto que tenían entre sus manos. Esta era la primera pijamada que hacían después de aquel día y todo se sentía tan extraño, como si antes no lo hubiesen hecho miles de veces. Vieron películas en la sala de tv el tiempo suficiente para que la película dejara de tener sentido frente a ellas y todo se resumiera a disfrutar de estar entre los brazos de la otra con sus manos entrelazadas bajo la cobija.
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Everything's Not Lost
FanficTras años de huir a Valentina le ha llegado la hora de enfrentarse con sus demonios, en particular con uno de hermosos ojos color chocolate. Después de haberse ido sin aparente explicación, es su turno de congraciarse con todo aquello que la alejo d...