Capítulo 16. Un atisbo de esperanza

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En el desgarrador silencio que custodiaba su estancia en las mazmorras de City Island, sin atender a razones lógicas, Ellery había desabrochado los botones del corpiño de Aurora que todavía contaban con unas puntadas de hilo. Un rastro de laceraciones rasgaba parte del abdomen, perdiéndose los trazos de un escabroso rojizo entre los matices de tela.

El cuerpo de Aurora hablaba por sí solo. No había evidencia mayor que la que tenía delante. Había sido torturada día y noche; entretanto, la sociedad de Nueva York se lamentaba por la desaparición de la escritora emergente y, más tarde, por lo que habían catalogado como muerte accidental. 

Abotonó el vestido y la resguardó contra su pecho. Un inconsolable gemido partió de su pecho.

—Lo siento tanto...

*

Leves sibilaciones colisionaban contra su camisa como los soplos de un viento en vías de extinción. Ellery reaccionó lentamente, creyendo lidiar con una elaboración de su mente dormida. 

Sus ojos secos, con un punzante dolor al moverlos, se concentraron en las arduas sacudidas torácicas de Aurora. Tardó en comprender lo que estaba sucediendo. El cuerpo que protegía ansiaba respirar. Sus oídos se aguzaron ante aquel mortificante sonido, rogando por volver a escucharlo.

El tórax de Aurora se elevó unos escasos segundos.

Sin poder reprimir la sorpresa y la euforia que lo anegaron a partes iguales, Ellery la tomó de los hombros e intentó despertarla.

—¿Aurora?

Los párpados de Aurora temblaron.

—¿Aurora? —repitió, dudando aún de que fuera real.

Apoyándola en su antebrazo, comenzó a mecerla. Le acariciaba la mejilla para que notara su tacto, para transmitirle su calor. 

Un fino destello esmeralda alcanzó a mirarle a los ojos. En un movimiento ausente de fuerza, Aurora elevó la mano y rozó el rostro de Ellery. Dibujó una frágil sonrisa. Con voz ronca susurró:

—Queen, has... has tardado más de lo que pensaba.

[6] Ellery Queen: Dioses y SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora