Summary: Do Kyungsoo estaba más que feliz de ser un chico invisible. Tenía un mejor amigo excéntrico, tocaba el corno francés en la aburrida banda de la preparatoria, y era parte del Club de Lectura los viernes. Y solo quería enfrentar el último año...
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Para Baekhyun, perder nunca era una opción.
Desde muy pequeño, sus movimientos y actitudes siempre fueron bien calculados: cada paso, cada palabra, cada actitud incorrecta en el momento correcto y cada actitud correcta en el momento equivocado. Incluso las bromas que le valían días de detención y las advertencias tenían un propósito.
Su vida era como entrar al campo. Cada movimiento era diseñado para lograr la victoria. Pero allí, aun con los ojos vendados y de cara a los otros novatos y Oh Sehun, su archienemigo, sentía que los ojos de todos le pesaban. Y quizá por primera vez en su vida, no sabía exactamente qué hacer.
No tenía planes.
Si corría por el campo de fútbol, un pase en falso podría poner en peligro todos sus esfuerzos. Podría dañar a todo su equipo. Así es como se sentía allí. Desnudo, como si todos pudieran ver sus debilidades.
Después de una derrota, hay un momento en que todos los jugadores se reúnen para ducharse en el vestuario, a veces en silencio, a veces discutiendo entre ellos para culpar a otra persona de la derrota.
Y en este momento, Baekhyun sintió que era el culpable. Los hombros le pesaron cuando el dardo cayó al suelo.
No lo había planeado.
Pero de vez en cuando, algunas acciones improvisadas podían salvar a todo un equipo y hacer que los fanáticos desesperados vitorearan. Era eso a lo que decidió aferrarse. Al sabor de una victoria que llegaba con dificultad, sudor y lágrimas. Sabía más que nadie que ese tipo de milagro era posible.
Porque, después de todo, nadie se atreve a jugar un juego en el que no tiene posibilidad de ganar.
"Byun Baekhyun, da un paso adelante," dijo uno de los titulares. No era la voz de Sehun. Quizá era el más alto, Yifan.
Pero la risa que siguió, burlona, saliendo del fondo de su garganta, seguramente era suya. El chico sintió dedos largos y helados tocando su nuca y se hundieron ligeramente en su piel, antes de que pudiera siquiera quitarse la venda.
"Aun no te la quites, renacuajo. Creo que será más divertido así." Sehun susurró, y rio en su oreja. "En la oscuridad."
"Ya termina con esto," respondió, con cuidado de moderar su tono. Baekhyun no quería que esa frase sonara como si estuviera suplicando. De ninguna forma. Así que se soltó del agarre del wide-receiver con un empujón y sonrió sin inmutarse. "¿O has renunciado a tu promesa de no ser blando conmigo?"
"Novato, fallaste el blanco," Yifan explicó, a Baekhyun y a todos los novatos alrededor. "Eso significa que podemos elegir tu castigo. Es una de las reglas de la novatada que comunicamos antes."
Unos cuantos susurros y comentarios sarcásticos escaparon del pequeño grupo de novatos curiosos, pero Baekhyun no escuchó. Independientemente de la vergüenza que estaba a nada de experimentar, decidió que podía soportarlo con una sonrisa en el rostro.
