Summary: Do Kyungsoo estaba más que feliz de ser un chico invisible. Tenía un mejor amigo excéntrico, tocaba el corno francés en la aburrida banda de la preparatoria, y era parte del Club de Lectura los viernes. Y solo quería enfrentar el último año...
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Jongin siempre había sido bueno disimulando sus sentimientos.
Como capitán, a veces tenía que mantener la cabeza en alto y alentar a los miembros de su equipo con una sonrisa, incluso después de una derrota. Era bueno en ello. Sabía exactamente cómo reconfortar a los compañeros cuando todos estaban desalentados en el vestuario, perdidos en sus pensamientos mientras el agua les quitaba la culpa.
El quarterback era innegablemente bueno construyendo un muro a su alrededor, temiendo mostrar a todos los demás lo que se escondía debajo de todas esas capas. Y solía ser dura, sólida. Indestructible como roca.
No imaginó que justo Kyungsoo, ese inofensivo y pequeño chico del Club de Música, fuera el primero en perforar finalmente su fortaleza de secretos.
Esa tarde le costó mucho esfuerzo mantener su pose. Pero Jongin había sido tomado por sorpresa y aun no estaba listo para ponerse una de sus máscaras. No tuvo tiempo para tomar una decisión o improvisar. En el fondo, el chico ni siquiera sabía si quería usar una máscara cerca de Kyungsoo. quizá no quería. Quizá simplemente no necesitaba hacerlo.
Miró la pequeña figura al otro lado del cristal durante unos segundos, aturdido Jongin no esperaba que llegara tan pronto. Y ahora su secreto estaba aquí, expuesto, por primera vez en mucho tiempo. Casi flotando en el sofocante aire del estudio de baile para que cualquiera lo vea. Había sido su culpa. ¿Cómo pudo haber sido tan descuidado?
"Tu camiseta." Kyungsoo murmuró mientras entraba a la habitación, dando lentos pasos hacia él y entregándole la prenda. El atleta notó cómo los grandes ojos lo miraban atentamente, desde los pantalones ajustados hasta las zapatillas alrededor de su cuello. "No sabía que bailabas."
Nadie lo sabía, quiso decir, pero no era cierto.
Joy lo sabía. Y otras dos personas también conocían su secreto, aunque sabía que ninguno de ellos abriría la boca.
Jongin llevó la tela a su nariz, enterrando su rostro allí, sus labios se estiraron en una sonrisa de inmediato.
"Todavía tiene tu olor."
"Lo siento," dijo con torpeza. "Juro que lo lavé después de usarlo. Con suavizante y todo."
El atleta lo miró durante unos segundos, parpadeando lentamente.
"No lo dije como si fuera algo malo."
El estudio se quedó en silencio durante unos segundos. Ninguno de ellos sabía dónde mirar ni qué decir. Jongin empezó a ponerse cada vez más nervioso. Kyungsoo debió haberse dado cuenta que estaba tratando de romper el hielo y alejarse del tema, pero no volvería a hacerlo. Ni quería escapar esta vez.
"¿Vas a contárselo a alguien?" Preguntó Jongin, apoyándose contra la ventana de vidrio y metiendo sus zapatillas en su mochila.
