Summary: Do Kyungsoo estaba más que feliz de ser un chico invisible. Tenía un mejor amigo excéntrico, tocaba el corno francés en la aburrida banda de la preparatoria, y era parte del Club de Lectura los viernes. Y solo quería enfrentar el último año...
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Kyungsoo apenas podía creer que estaba haciendo esto.
Un sábado por la tarde cualquiera, probablemente no estaría usando nada más que unos bóxers de rayas azules y calcetines de nave espacial por encima del tobillo, acostado en su cama mientras veía otro episodio de Merlí, y secretamente planeando una muerte cruel y dolorosa para cada uno de los personajes que le despertaba ira. En pocas palabras, a todos. Tarde o temprano, sabía que todo el elenco moriría misteriosamente a manos suyas. Al menos en sus pensamientos.
Pero este no era un sábado cualquiera. Y Kyungsoo tampoco llevaba sus calcetines favoritos, y mucho menos estaba atrapado bajo el lío de mantas hipoalergénicas de Silvestre (porque, a los once años, no le gustaba mucho Piolín).
Hoy, en particular, estaba en una misión secreta.
De pie frente a la puerta de la casa de Kim Jongin, él y los otros miembros del Club Gay estaban esperando unos segundos después de que tocaron el timbre. Y el hecho de que estaba a solo unos pasos de ver finalmente la casa del quarterback lo puso ansioso más allá de toda medida, pero no sabía decir por qué.
Por otro lado, la ansiedad por lo que él y sus amigos estaban a punto de hacer aquí competía directamente con sus anhelos, compitiendo por la atención y tirando de él en ambas direcciones como un tira y afloja.
En las mochilas a la espalda, el grupo de adolescentes portaba armas y utensilios con las que ni siquiera James Bond podría lidiar.
Estaban armados con armamento pesado: horquillas, vestidos y prendas variadas, accesorios brillantes, un secador de cabello, rizador y tanto maquillaje que las Tres Espías Sin Límite envidiarían.
Kyungsoo se colgó la mochila a la espalda, listo para comenzar la operación.
"¡Hola, chicos!" Saludó Jongin, abriendo la puerta y dejándolos a sus anchas. Los condujo a la sala de estar y señaló las escaleras antes de que su padre – quien estaba cortando cebolletas en la cocina con un delantal de Homero Simpson – tuviera tiempo de fisgonear lo que estaban haciendo. "Pueden subir. Mi habitación está arriba."
Mientras iban al segundo piso, prácticamente subiendo los escalones de dos en dos y agarrándose a la barandilla, el Sr. Kim les gritó:
"¡Espero que a tus amigos les gusten los buñuelos de espinacas!" Y unos segundos después, justo antes de que Jongin cerrara de golpe la puerta del dormitorio, su voz volvió a resonar, ahora más lejos. "¡Y deja la puerta abierta!"
Amber se arrojó sobre su cama sin siquiera pedir permiso.
"¿Qué cree tu padre que vamos a hacer aquí? ¿Una orgía?"
"Estoy seguro que esto es mucho mejor que una orgía," comentó Heechul casualmente, y Ren soltó un 'Asqueroso' y lo empujó por el hombro.
Zitao dijo algo que Kyungsoo no entendió del todo, pero sonó como "Te advertí que ver Sense8 sería demasiado para ti."
