Summary: Do Kyungsoo estaba más que feliz de ser un chico invisible. Tenía un mejor amigo excéntrico, tocaba el corno francés en la aburrida banda de la preparatoria, y era parte del Club de Lectura los viernes. Y solo quería enfrentar el último año...
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El campamento de verano estaba a casi dos horas de la preparatoria de Yongsan, o, según su lista de reproducción de Spotify, treinta y cuatro canciones y media. Kyungsoo recordaba haberse dormido en algún lugar entre Love Yourself y Mystery of Love y despertarse con un lado de la cabeza aplastada contra el cristal de la ventana. Alguien lo despertó con un codazo y luego salió dando traspiés y bajó los escalones con las piernas aún temblorosas.
Los autobuses se habían estacionado cerca del lago – al inicio del tramo que conducía al bosque. A lo lejos, Kyungsoo pudo ver el claro rodeado de cabañas de madera y la cabaña equipada en el centro, donde solían reunirse para preparar comidas al aire libre o improvisar una fogata durante la noche. Inhaló lentamente, absorbiendo el familiar aroma de acampar. Las cabañas olían a eucalipto, el mismo aroma que el desinfectante que su madre usaba para limpiar el inodoro en el baño de su casa. Kyungsoo pensó que esto era una buena señal.
Mientras formaban nuevas filas, esperando que uno de los monitores hiciera el pase de lista y la división de habitaciones, Kyungsoo notó algo.
Jongin y Yifan caminaban uno al lado del otro, con sus maletas a juego colgadas del hombro. El chico definitivamente no era bueno en matemáticas, pero sabía que había un 50% de posibilidades de que hubiera puesto el maldito papel en el bolso equivocado. ¿Qué haría Kris si viera la nota? No firmó su nombre en la hoja, por lo que era imposible adivinar que era el suyo, ¿verdad?
"Do Kyungsoo." llamó uno de los profesores, y apartó la mirada de los dos chicos, desconcertado. "Cabaña número 4."
Si de hecho había una deidad gobernando el universo, Kyungsoo debería sentirse aliviado que la sabiduría suprema haya decidido separarlo a él y a Kim Jongin en diferentes habitaciones. El chico no sabría cómo actuar normalmente en la cabaña si supiera que está respirando el mismo aire que el quarterback. Todavía no entendía por qué, pero estaba seguro que no podría soportar ver al atleta ignorar su presencia o darle la espalda nuevamente.
Siguieron caminos opuestos, siendo acompañados por monitores a sus respectivas habitaciones. La cabaña número 4 era una copia perfecta de las otras nueve, como si se hubiera hecho con "Ctrl + C, Ctrl + V" en el método abreviado de teclado de su computadora portátil. El lugar era espacioso, con tres literas a los lados y mucho espacio para poner colchones en el suelo.
Como solo había un baño por habitación, Kyungsoo ya se estaba preparando mentalmente para orinar en algún arbusto afuera en caso de una emergencia.
"Deja que Yugyeom se quede en la litera," dijo un chico del Club de Música.
"Pero yo quiero quedarme en la litera," se lamentó otro.
"Tiene un pequeño problema de flatulencias y se pedorrea mucho por la noche, así que sería bueno que se quedara cerca de las ventanas."
"Está bien, me convenciste. Se queda en la litera."
