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— ¡Oh, Blitzø esto es tan romántico -Chilló el Príncipe mientras entrelazaba sus garras y las acercaba a sus mejillas.
Blitzø, le había propuesto una salida para poder distraerse ya que Moxxie y Millie celebrarían su primer aniversario y Loona no iba a querrer aceptar pasar una noche de padre e hija, optaba por seguir con su celular.
— ¿Porque elegiste este lugar para traerme? - Preguntó con intriga Stolas. Amo el lugar, principalmente porque formar parte de la realeza le prohibía ver algunos lugares que fuesen fuera de su reino, por su seguridad. Aunque es capaz de cuidarse por su cuenta.
— Oh, pues. Solo pensé que sería un buen lugar para pasar un tiempo juntos.
Explico el diablillo acomodándose en los libros que se le habíansido puestos en la silla para poder estar a la altura del Príncipe.
— ¿Y díganme caballeros, que se les arrojaría beber? - Una Imp se acercó de una tanta manera atrevida a preguntar que les gustaría beber, inmediatamente Stolas agarro el menú.
— Pues, para empezar pediría un vino rojo. ¿Y tú, Blitzy?
— Oh, pues. Nosé, ¿lo que sea? ¿Esta bien? - Dijo a tono torpe el de piel roja al ver al Búho. Curiosamente este parecíamás nervioso.
— Dos vinos rojos - Pidió, o máspareció una orden a la cual acatar. Bueno, siendo un príncipe eso deberían de hacer ¿no?
— Entonces, Blitzø. Cuéntame, ¿que hiciste en el mundo humano hoy? - Pregunto el Goetia, tratando de romper ese silencio que gobernó un par de segundos el lugar.
— Oh, pues matamos a un montón de chupa pitos hoy - Explico sencillo Blitzø tomando la copa de vino al tenerla en la mesa porfin.
— Suena d-divertido - Tartumudeo dando una sorbo a su copa, no tenía idea de lo que sucedía. Normalmente no era así él, se consideraba una persona seria y fuera de total estupidez que hiciera ver mal su imagen. Tal parece que aquel demonio sacaba lo peor de él.
— Si, la verdad lo es. Ver sus tripas y escuchar sus gritos de agonía lo es - Ambos se rieron.
Blitzø, aunque no era de admitir las cosas adoraba de la compañía de Stolas, siempre se encontraba para él, talvez odiaba su comportamiento sexual hacia el en la cama pero eso no lo hacía odiarlo del todo. Un escalofríorecorrió el pequeño cuerpo del Imp al sentir con unas garras entrelazadas sus dedos, las manos de Stolas estaban cerca de las suyas, acariciandose. El rostro del Imp se puso roja aunque la parte Blanca de su cara se pudo hacer más visible.
