CAPÍTULO 34

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Sonó el timbre de la puerta. Se arrebujó más entre las sábanas. Deseaba seguir viviendo la realidad que le ofrecía sus sueños. Pues con la llegada del nuevo día, se sumía en la soledad de sus horas, ocupando su tiempo entre el trabajo, visitas médicas, la compañía de sus padres e Inés y preparar la habitación de los pequeños. Pues aunque no estaba sola en este proceso, la acompañaba constantemente la melancolía de que sus hijos jamás conocerían a su padre, de tener que hacer frente a la maternidad sin tener el apoyo del hombre al que amaba a su lado. Pues en esta situación totalmente surrealista, solo podía disfrutar de su cercanía, aún sin estar juntos, durante las noches, cuando tras leer las páginas de ese viejo libro regresaban a algún lugar en el pasado que la colmaba de felicidad, aunque no estuviese viviendo la historia de amor que ansiaba, sus hijos crecerían junto a su padre y ella podía verlo, oírlo, e incluso sentir que estaba a su lado.
Pero con el nuevo amanecer todo aquello se desvanecía dando paso simplemente a la soledad de su corazón. Y tener que vivir con una máscara de felicidad ante todos para no mostrar el vacío que sentía en su interior, se estaba convirtiendo en un esfuerzo sobrehumano, así que intentaba alargar las horas sumida en sus sueños, horas que le proporcionaban algo de felicidad.

El timbre volvió a sonar.

Tendría que abrir. Quizás Inés o sus padre habían olvidado su llave y por eso la insistencia en llamar a la puerta.

Se envolvió en la sábana y  caminó hacia la puerta descalza. Se quedó boquiabierta al contemplar a la persona que estaba al otro lado, sin poder creer que aquello fuera real.

El hombre al otro lado la contempló unos minutos, ambos en silencio.

Entendió la confusión de ésta, pero al ver que ella no reaccionaba, dijo.

-Comprendo que estés sorprendida. ¿Pero podía pasar?- Emma sacudió su cabeza y se hizo a un lado.

¿Qué hacía él allí? Aquello no podía ser real, debía estar soñando. Al cubrirse un poco más con la sábana pellizcó su brazo y comprobó que realmente estaba despierta.

Una vez él hubo entrado, cerró la puerta y permaneció unos segundos dándole la espalda intentando aclarar sus ideas y buscarle una explicación aunque era algo absurdo, pues jamás lo descubriría sin preguntarle directamente. Así que cogió aire y se giró para enfrentarlo.

Recordar su último encuentro, la imagen de él saliendo del hotel con aquella pelirroja, besándola en el cuello, inundó su mente y la llenó de rabia.

-¿Qué haces en mi casa?- Preguntó poniéndose frente a él- Creí que en nuestro último encuentro dejaste bastante claro que no había nada entre nosotros. No entiendo qué haces aquí.

-Emma, llevo meses dándole vueltas a si debía venir o no. Sé que no teníamos nada serio. - Ella permaneció callada, con los brazos cruzados observándolo, esperando una respuesta- Sé que quizás la manera de despedirnos, no fue la correcta. Pero verte con ese hombre ... .- Pasó la mano por su pelo y comenzó a caminar por el salón. Intentando buscar las palabras para explicarse- Yo pensé que el tiempo que estuvimos juntos era nuestro, algo exclusivo. Pero ver que otro hombre salía de tu habitación, me dejó claro que tu querías seguir teniendo esa relación abierta que habías vivido con tu anterior pareja. Quizás debimos dejar claras nuestras posturas desde un principio, no lo sé, pero me sentí herido y engañado. Así que acepté los términos que tú al estar con otro habías impuesto.

Ella lo escuchaba sin comprender de qué estaba hablando. ¿Qué hombre? ¿Qué relación abierta? Permaneció callada intentando entender que era lo que intentaba decirle.

-Pero no pude hacerlo.- Continuó hablando él- Yo no quería estar con otras mujeres, únicamente quería disfrutar de los días o horas que pudiéramos estar juntos, sé que tú no buscabas nada serio. Y era consciente de ello. Volví a tu habitación para decirte lo que sentía, aclarar aquella situación, pues aunque sé que no tenía derecho o era incluso una locura, no quería ni podía compartirte con nadie más. Pero ya te habías marchado.

HALLANDO EL AMOR #COMPLETA#Donde viven las historias. Descúbrelo ahora