CAPÍTULO 35

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Despertar en los brazos de Andrew era un sueño hecho realidad.

Habían pasado un mes prácticamente sin separarse desde que apareció en su puerta. Poder presentarlo a sus padres, la amistad que se había creado a su vez entre Inés y él; cosa que jamás pasó con Hector y poder compartir todos los momentos relacionados con el embarazo, la hacían la mujer más feliz del universo.

Habían decidido que únicamente leerían el libro cuando se encontrasen separados. Ya que los acercaría a pesar de la distancia aunque en sus sueños aún había algunos asuntos que arreglar. Pero estarían conectados por esas páginas. Solo esperaban que esas dificultades no afectasen a la felicidad que estaban viviendo en aquellos momentos.

Andrew en pocos días tendría que viajar por asuntos de negocios.

Había decidido que vivirían en España, pues con la llegada de los pequeños y sus continuos viajes, Emma tendría a sus padres y a Inés a su lado. Así que tenía muchos asuntos que arreglar en Escocia antes de que nacieran los bebés.

Tener que separarse de Emma, aunque fuese por pocas semanas, le estaba suponiendo una de las cosas más difíciles que tenía que hacer. Pues quería compartir cada instante del embarazo de la que ya consideraba su mujer. Ser parte de todo ese proceso. Sentía un miedo hasta ahora desconocido a que surgiese cualquier dificultad en el embarazo o en el parto, hasta llegar al extremo de sobreproteger tanto a Emma que les costó alguna que otra discusión, aunque bastante breves, pues Emma adoraba esa faceta dulce que había descubierto en él.

-Beag(pequeña) sabes que te amo ¿verdad?- Dijo él besándola con pasión .

Emma devolvió aquel beso sin poder dejar de llorar. Quería retenerlo a su lado, pero sabía que tenía muchos asuntos que atender y aunque únicamente estarían separados unas semanas y habían prometido llamarse cada día, le costaba muchísimo dejarlo ir.

Andrew cogió la cara de ella con cariño y limpió sus lágrimas.

- No llores mo ghrâdh (Mi amor), pronto regresaré con vosotros. Y sabes que cada noche estaré en tus sueños. - Emma asintió e intentó sonreír.

-¿Pero qué pasará si cuando estas lejos te arrepientes de toda esta locura? De la noche a la mañana serás padre de dos bebés. deberás vivir en España y además con una mujer que se está convirtiendo en una ballena y no es más que una llorona por estas malditas hormonas, - Dijo llorando desconsoladamente.

Aquel temor había estado rondando por su cabeza en los últimos días, al acercarse el viaje de Andrew, pero había permanecido callada, hasta ahora que su marcha era inminente. Y sin pensarlo, todos esos miedos salieron por su boca.

Ël le sonrió con cariño y la acercó a su cuerpo

-¡Lo ves, si ni abrazarte bien puedo!- Siguió llorando descontroladamente. Sabía que se estaba comportando como una tonta, pero no podía evitarlo.

-No hay en todo el mundo una mujer más hermosa de lo que tú eres. Este cuerpo que lleva en su interior a mis hijos es la visión más increible que tendré jamás ante mí, así que no temas. No hay otro lugar en el que quiera estar. ¿Y como que no puedo abrazarte bien?- Rió él- En este abrazó tengo a las tres personas más importante en mi vida. Así que no hay sensación mejor. - Y besándole la nariz, rió con picardía- Esto solo ha supuesto que nos pongamos más creativos, cosa que me encanta.

Emma consiguió calmarse por las palabras y caricias de Andrew, debía serenarse. Lo despediría con una sonrisa, había conseguido apaciguar parte de los temores que tenía y no podía hacer que aquella despedida temporal estuviese teñida únicamente de sus dudas y lágrimas, así que lo besó con todo su amor y se secó la cara con sus manos.

HALLANDO EL AMOR #COMPLETA#Donde viven las historias. Descúbrelo ahora