Cachivaches y calderos (shopping together)

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El callejón Diagon no era su lugar favorito, de ninguna forma. Tanta algarabía, tanto ruido y felicidad eran insoportables. Desde los niños corriendo mirando escobas y cachivaches, hasta el aroma a caramelo que flotaba desde Florean Fortescue, todo era repugnante.

Calabazas flotaban por allí y por allá, marcando las festividades cercanas a Samhain, luces y velas alegraban la tarde. Severus pensaba que, allí en aquel callejón luminoso, su pareja parecía en su elemento.

Harry era luminoso, como el sol de Beltane, cálido y joven, lleno de vida. Encajaba en Diagon como las flores al campo.

En dualidad, Severus resaltaba cómo una mancha negra en mantel blanco. Oscuro, elegante y sigiloso. Si le preguntaran a cualquiera, podrían decir que Severus pertenecía más bien a Knockturn, a las sombras y las tiendas de calderos e ingredientes para pociones peligrosas.

Cada vez que salían de compras e iban de callejón en callejón, uno de ellos tenía que desencajar con el ambiente. Más la realidad era, que sus manos unidas delataban que no irían el uno sin el otro, eran el ying y el yang. Y estaban juntos porque si no caerían en pedazos.

Los oscuros ojos de Severus mostraban una calidez nunca antes vista cada vez que su joven pareja le hacía preguntas en los estantes de ingredientes malditos.

Y los ojos de Harry mostraban un vacío profundo de vez en cuando, si se quedaba mirando algo por un largo rato. Daños de la guerra que atormentaban al héroe.

Severus sabía que ambos eran tan distintos como el día de la noche, pero algo tan mundano como salir de compras traía a Harry tanta felicidad que, por un momento, podía olvidarse de odiar Diagon, donde no encajaba de ninguna forma, y disfrutar de acompañarlo por sus calles restauradas.

Mientras su mano estuviera en la suya, podía hacer cualquier cosa. Ya había ido y vuelto del mismo infierno.

Amantes de la noche oscura ❧ Dark Flufftober SnarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora