Capítulo 8

515 48 5
                                    


En el momento del almuerzo lo hice también en la playa, había pedido una hamburguesa con papas fritas, estaba pasándolo genial estando sola, hasta que Peter Lanzani se sentó en la reposera de al lado.
-¿Vas a estar vigilando que nadie me mire?-elevé mis cejas y me reí-¿te resignaste no? Gané yo, ¡sigo en topless!
Él me fulminó con la mirada, no le hacía gracia el asunto.
-No cantes victoria..-elevó sus cejas y suspiró, se recostó después de ponerse anteojos de sol.
Yo seguí comiendo en paz y armonía porque él se había quedado dormido.

Cuando abrí mis ojos me di cuenta de que también me había dormido, lo que me extrañó es que arriba mío había una sombrilla.
-Estabas poniéndote roja, otra vez ibas a sentir ardor, así que pedí que pongan una..-Peter hizo una pausa-¿un gracias?
-Gracias...-fui educada.
Su gesto me había sorprendido, pero traté de pensar que seguro sería algo que hubiese hecho por cualquier persona.
-Voy por.. Voy por un trago, ¿queres uno?-le pregunté en eso como modo de agradecimiento.
-¿Vas a ir a la barra así?-señaló mis pechos- voy mejor yo, ¿que queres?-se puso de pie.
-Una caipiriña, gracias-le sonreí de manera sincera, cuando se alejó me reí, me daba gracia que lo molestara tanto que esté en bolas.
Llamé a mis amigas por videollamada.
-¡Que hija de puta!-fueron las primeras palabras de Eugenia-¡mirá ese mar!
-Amaría poder estar acá con ustedes..-solté un suspiro- cuando me divorcie volvemos, ¿dale?
-Dale-Candela asintió con la cabeza.
-¿Cómo andan las cosas con Peter?-María quiso indagar por ese área-¿hablaron y encontraron un equilibrio para llevarse bien?
Me quedé pensativa para pensar que responder.
-Nos ignoramos.. Discutimos.. Tenemos diez minutos de paz.. Discutimos.. Nos ignoramos, y así sucesivamente-asentí con la cabeza.
-No se acostaron, ¿no? Estas negada a eso desde el momento uno en el que te contaron de que estabas comprometida con una persona que no conocías-Eugenia elevó sus cejas.
Quería morirme porque noté que me puse nerviosa, ellas se dieron cuenta.
-¡¿Posta La?! ¡No lo puedo creer!-Candela se rió en mi cara.
-Fue parte.. Fue parte de un experimento..-traté de defender lo indefendible.
-¿Cuantas veces?-Eugenia me miró fijamente a los ojos.
-Dos...-no pude ocultárselo-¡soy una estúpida!
-No sos una estúpida, solo estás sacándole provecho a tu luna de miel-María se rió-¡no tiene nada de malo! ¡Son recién casados! Quién te dice, tal vez se enamoran..
-NO-me apresuré a responder rápidamente, vi a Peter traer el trago- hablamos en otro momento, ¿dale?-ni las dejé responder que corté la llamada- gracias Peter-agarré el trago y lo choqué con el suyo-brindo por nuestro futuro divorcio
-Qué ansiosa.. ¿Acaso tenes miedo de que no nos terminemos divorciando?-elevó sus cejas solo para molestarme.
-Los dos lo queremos, no nos hagamos los tontos-tomé un sorbo y dejé mi trago sobre la mesa- me voy al agua
Lo vi a Peter tomar bastante de su trago para terminar siguiéndome, intenté ignorarlo pero terminó metiéndose conmigo.
-¿Ahora vas a vigilar que no me coma un tiburón? ¿Siempre sos así de cuida?-lo ataqué por atacarlo, definitivamente era una costumbre mía hacerlo, estar a la defensiva con él.
Peter se rió.
-Tal vez está bien que quiera que nos separemos, pero no que todo termine por quedarme viudo..-elevó sus cejas provocándome.
Nadé hasta donde estaba él y lo salpiqué con mis manos, intenté ahogarlo, pero quién terminó ahogada fui yo, nos pusimos a jugar como dos nenes, pasé de querer que nos matemos a terminar divirtiéndome.
No sé como pasó pero Peter terminó agarrándome por la cintura, escondió su cara en mi cuello y le dejó un besito ahí, ese gesto me desconcertó.
Había olvidado completamente que no tenía la parte de arriba del bikini cuando él acarició mi escote, ese simple gesto me aceleró la respiración.
Terminé soltándome de su agarre para salir del agua, estaba asustada porque no estaba entendiendo nada de lo que estaba pasándome, ¿porqué Peter Lanzani me alteraba? El cuerpo y la naturaleza humana estaban traicionándome constantemente.

Anocheció y previamente estuve un tiempo largo en la ducha, al salir de ahí arreglé mi pelo, cuando salí al pasillo para ir a cenar lo vi a David en la puerta de su habitación coqueteando con otra chica, atrás mío salió Peter que vio toda la situación, aceleré mi paso para alejarme lo más rápido posible.
¿Tan rápido las personas perdían el interés en uno?
Fui hasta un sillón y me senté.
-Me parece a mi o.. ¿Te afectó que el español esté con otra?-Peter me miró extrañado.
-Solo.. Solo me molesta lo rápido que los hombres pierden el interés en una persona, ¡solo me afirma que la mayoría de los hombres son una mierda!-solté un suspiro.
-No todos los hombres son así eh.. Y creé cuando te digo que un hombre no podría perder el interés en vos fácilmente, sos una chica brava, salvaje, con carácter.. Y eso no pasa desapercibido-elevó sus cejas, yo me lo quedé mirándolo sorprendida- así que no pienses tonterías, cualquier hombre de todo este hotel te notaría, cualquiera querría acostarse con vos..-me dio una palmadita en el hombro como para darme "ánimo"-¡vamos! A tomar mucho vino y comer rico..
Peter me hizo señas para que lo siguiera, terminé haciéndole caso, seguí sus pasos hasta llegar a un restaurante con temática española.
-Que oportuno-me reí al darme cuenta de donde estábamos.
-Es comida rica, no pienses en el estúpido del español-agarró mi mano con la suya y la apretó suavemente.
Nos soltamos cuando se apareció el mozo para darnos la carta, leí varias veces hasta pedirle algo, por suerte nos trajeron el vino rápidamente.
-Brindo... Brindo por la vida y las alegrías, por la felicidad-Peter levantó su copa, chocó la mía mientras me miraba a los ojos.
-Brindo.. Brindo por lo mismo-asentí con la cabeza.
Ambos tomamos mucho vino mientras comíamos, después de eso en vez de terminar en el casino terminamos en el área de juegos para nenes, jugamos al bowling, al basquet y a la maquinita de los muñecos, Peter sacó un oso rosa todo suave y me lo regaló, me reí por lo cliché de la situación.
Alegres por los efectos del alcohol volvimos a nuestra habitación, otra vez lo vi al español, otra vez hablaba pero con otra mujer, lo ignoré y Peter entró detrás de mi, me senté en el borde de la cama.
-¿Posta no pasaría desapercibida?-elevé mis cejas mirándolo y él asintió con la cabeza.
Peter me empujó suavemente para que caiga en el centro de la cama, se recostó a mi lado y se quedó acariciando mis labios con una de sus manos.
-Sos muy linda Lali, toda persona notaría eso...-noté a su respiración algo acelerada, volteé mi cara para mirarlo a los ojos, entonces me animé, lo besé solo porque sentí el deseo de hacerlo, me sentía confundida, pero quería encontrar la respuesta de porqué me estaba pasando eso, él me acarició la cara con cuidado mientras estábamos besando.
Nuestras narices se quedaron rozándose.
-Vamos.. ¿Vamos a dormir?-Peter cambió de tema, ¿porqué?
-¿Ahora vos te escapas de mi?-me reí aún sobre su boca.
-Es que... No quiero asustarte Lali, ¡claro que te deseo! Solo que no sé si vas a sentirte cómoda con todo lo que tengo ganas de hacerte..-elevó sus cejas, escuchar eso un poco me intimidó, pero decidí no prestarle atención a eso, no ponerme nerviosa.
-Poneme a prueba..-lo miré a los ojos, noté la sorpresa en los suyos, se le aceleró la respiración.

Indeseado despertarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora