Capítulo 18

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La semana continuó, por suerte no volví a ver a mis papás, los de Peter eran amorosos pero los míos.. Bueno, los míos en ocasiones son considerados, en ocasiones, solo no consideraron mis no ganas de casarme.
Hoy Peter vino a comer al mediodía, así que se puso a enseñarme como hacer pasta.
-Ñoquis, es mi pasta favorita, pero no sabía que era sencillo hacerlo-me sorprendí, elevé mis cejas mirándolo a los ojos y él me sonrió, le tiré un poco de harina en la cara logrando que se ría.
-Sos.. Sos algo impredecible.. Nunca sé con que vas a salirte..-corrió el mechón de pelo que estaba cubriendo mi cara.
-Y vos.. Ahora que te conozco más descubrí que sos un hombre muy correcto, no todo lo que me mostraste ser.. Ese ser insufrible..-me reí en su caga y quién elevó sus cejas ahora fue él.
-¿Queres que vuelva?
Le di un golpecito en el hombro.
-Tarado, estamos en modo paz ahora..
-¿Y amor? Paz y amor, como los hippies.. Solo nos falta fumarnos algo.. ¿Te animarías a vivir esa experiencia conmigo?-me miró expectante y me sorprendí.
-Hace unos años atrás lo hice..-se me desbloqueó un recuerdo- y no me fue muy bien, me volví muy loca..
-¿Tan chica? Recién tenes dieciocho-me llamó la atención.
-¡Vos también tarado! Somos dos adolescentes, siglo XXI y estamos casado a esta edad..-solté un suspiro- mis papás se casaron a esta edad..
-Los míos también.. Antes era así.. ¿no?-dudó.
-Igual dieciocho es una edad muy temprana, no sé.. A veces me quedo pensando y fantaseando el que podría estar saliendo a bailar.. Pero ya no puedo..
-¿Quién te dijo que no?-Peter me miró a los ojos- hoy vamos
-¿A donde?-lo miré desconcertada.
-A bailar... A disfrutar nuestra juventud-me guiñó un ojo y esbocé una pequeña sonrisa- estos ñoquis ya están flotando en la olla, ya están.. Ahora les ponemos manteca y listo
Peter me mostró nuevamente el paso a paso para que todo terminara saliendo genial, nos servimos un buen plato de pasta con salsa de tomate y queso.
-Mucho mejor que la pasta que se compra..-asentí con la cabeza.
-¡Obvio! Es que está hecho con amor..-levantó su mirada y nos quedamos mirándonos a los ojos.
Noté que hoy era la segunda vez que usaba esa palabra, amor.
-Brindis-choqué mi vaso con limonada, menta y jengibre con el suyo.
Terminamos de comer y después pasamos al postre, ensalada de frutas.
-Esta hermoso el día.. El clima..-me quedé contemplando el jardín donde habíamos salido para pasar un tiempito juntos.
-Sí.. Yo.. Tengo que irme a trabajar Lali-él soltó un suspiro- estate lista antes, yo me baño y nos vamos, ¿dale?
-¿No va a ser muy temprano? Hay que ir a bailar tarde..-me reí.
-Podemos ir a cenar antes.. No lo sé, vemos, pero estate lista-me guiñó un ojo antes de irse y me saludó con la mano antes de abrir la puerta.
Cuando me quedé sola aproveché para ver que clase podía empezar, se me ocurrió retomar algo que también siempre me había gustado, las lecciones de inglés, iba a hacerlo de manera online, tal vez más adelante de manera presencial.
A penas me inscribí me mandaron un examen de nivelación, lo hice, pronto me llegaría el resultado.
Eugenia llegó a mi casa para compartir la tarde conmigo y trajo facturas.
-¿Cómo va todo por casa? Hay orden.. Está todo limpio.. Pero lo que más me interesa es la convivencia, ¡sobreviviste amiga! ¡Cumpliste un mes de casada!-me molestó, elevó sus cejas mirándome, estaba provocándome para que la ataque, pero no pensaba darle el gusto.
-Hay... Hay paz... Armonía.. Ninguno mato a ninguno, ¡por ahora! Y estoy aprendiendo cosas como cocinar..
Ella abrió bien sus ojos sorprendida, se rió en mi cara y agarró una factura.
-¿Vos cocinando?
-Tengo mucho que mejorar.. Cuando viva sola va a serle útil-solté un suspiro.
-Estas dando vueltas y no estas yendo a lo importante, ¿siguen acostándose o solo fue cosa de la luna de miel y tu confusión?-me miró firmemente a los ojos.
-Yo...-hice una pausa- la vida es la vida, ¿no? La naturaleza humana es algo impresionante.. Es naturaleza pura y... La química.. Las personas pueden conectar y se dejan llevar, entonces..
Iba a seguir hablando pero Eugenia me interrumpió riéndose.
-Ya se como funciona el acto sexual-me guiñó un ojo- me alegra que indirectamente me hayas dicho que seguís pasándolo bien a pesar de estar casada.. ¿Y que onda todo con Úrsula? ¿Supiste algo más de ella?
-Ella... Ella va a estar bien-solté un suspiro- lo mejor que le pudo haber pasado es que tomemos caminos separados..
Recordé como ella me dijo que tal vez nosotras estuvimos en la vida de la otra solo de tránsito, para aprender, experimentar y conocer el primer amor.
-Mientras... Mientras vos estes bien La..-mi amiga estiró su brazo y me tomó de la mano, esbocé una pequeña sonrisa para demostrarle que podía estar animada.
-Voy.. Estoy mejorando Chinita.. Creí que me iba a sentir mucho peor a como estoy ahora.. Es más no me siento tan mal..-me quedé pensativa.
-Estas creciendo La... Toda esta experiencia nueva te está marcando-ella asintió con la cabeza- ya veo que sos la primera persona que me hace tía, ¡y eso que yo quiero ser la primera en ser mamá!
-Estúpida-me reí-¡sé una persona seria! Sabes que odio a los nenes
-Solo pensalo.. A lo mejor, en algún momento de tu vida te pica ese bichito..
-Sí sí, seguí soñando-me reí divertida.
Terminamos de tomar mate y me despedí de ella, ya se había hecho algo tarde, entonces me duché, me cambié.
Cuando escuché que la puerta se abrió bajé las escaleras, Peter había acabado de entrar.
-Ya me preparo-me sonrió- y... Estas.. Estas muy linda
Él soltó esa declaración en mi cara y se fue, ¿acaso se escapó?
Igualmente no pude evitar sonreír, lo quiera o no siempre es lindo escuchar a una persona decirte un cumplido.
Me puse unos aritos y cuando volteé Peter estaba listo.
-Pero que facha-elevé mis cejas y él se rió.
-Vamos a cenar-me hizo señas para que lo siguiera, caminamos hasta su auto y nos subimos, nos alejamos de todo y todos, mientras escuchamos música de la radio, no sabía como empezar una conversación.
-Me anoté en un curso de inglés, para empezar algo ahorita-le conté entusiasmada, justo estacionó el auto, me sonrió.
-Siempre siempre siempre hace lo que sientas que pueda llenarte el alma, lo que te haga feliz..-me miró firmemente a los ojos y asintió con la cabeza.
-Voy.. Voy a tratar..
-Tratar no, siempre..-me retó y quién terminó asintiendo con la cabeza esta vez fui yo.
Abandonamos el auto para entrar a un bar, comimos hamburguesas y tomamos cerveza, tomamos un poco de alcohol hasta que se hicieron las dos de la mañana, caminando fuimos a un boliche para ir a bailar, cuando entramos estaba lleno de gente y olor a cigarillo, hacía calor, mucho calor.
Fui hasta la barra y pagué un trago, lo tomé y a la distancia vi que un gatito ya estaba revoloteando alrededor de Peter, solo diez minutos lo había dejado solo.
No sé porque terminé acercándome a él, lo abracé por el cuello y le mostré el anillo de casada a la chica que se quedó mirándome raro, se alejó y Peter se rió en mi cara.
-¿Celosa?-me lo susurró, no se como lo escuché porque la música estaba alta, entonces me hice la boluda, la sorda.
-¡¿Qué dijiste?!-le grité.
-Nada, nada-él negó con la cabeza riéndose.
Me sacó a bailar, por primera vez en mucho tiempo estábamos viviendo un poco nuestra verdadera edad, tomamos alcohol, nos movimos al ritmo de la música, le bailé de manera sexy, él me abrazó por la cintura y supe que seguro más de una chica estaba mirándome con envidia, escondí mi cara en su cuello  y le dejé algunos besitos ahí.
-Vos y yo no volvemos a casa hoy, tomamos mucho, ninguno puede manejar..-Peter se rió tirando de mi mano saliendo del boliche, sentía mucho calor.
Caminamos un par de cuadras hasta llegar a la puerta de un hotel.
-¿Vamos a quedarnos acá?-me extrañé- vamos a un telo..
-No pienso llevarte ahí.. Sos mi esposa..
-¿Y? Somos jóvenes Peter, solo por hoy hagamos cosas de jóvenes, mañana volvemos a ser un matrimonio de abuelos-elevé mis cejas provocándolo- a dos cuadras más hay uno..
-Está bien, vamos-me agarró nuevamente de la mano.
Una vez ahí cuando nos dieron una habitación ambos nos tiramos en la cama, caímos y nos empezamos a besar salvajemente, el ambiente del boliche había hecho que me caliente algo bastante, y tenerlo a Peter para mi sola después de lo mucho que lo miraron durante toda la noche me hacía sentir bien, una ganadora de la vida.
Nada de suavidad, nada de eso, todo fue salvaje, absolutamente todo, cuando nuestras respiraciones fueron relajándose mordió mi boca y se quedó mirándome a los ojos, entonces caí en lo cliché e hice un gesto íntimo, le acaricié la cara, después el lunar, se lo lamí y se rió.
-Sos loca eh, mirá la noche loca que nos hiciste pasar... Terminar acá...-quién me empezó a hacer caricias ahora fue él, pero en la espalda.
-Soy... Soy una persona que simplemente quiere disfrutas su vida de ahora en más..-lo miré a los ojos.
-Y eso.. ¿Eso me incluye? En tu disfrute...-acarició la punta de mi nariz con uno de sus dedos sin dejar de mirarme, nunca vi venir esa pregunta.

Indeseado despertarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora