Capítulo 30

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La revelación..

Desde hace un tiempo Peter está trabajando de forma independiente, tiene sus clientes porque inteligencia no le falta, es una persona muy capaz, va a poder hacer cualquier cosa que se proponga, en el medio de todo eso yo seguí con mis clases de inglés y descubrí que me gusta la cocina, estoy aprendiendo en un curso intensivo, no es muy estructurado, es más que nada para aprender a mejorar, descubrí esa pasión que jamás creí que iba a tener.
Llegué a la clínica junto a Peter para finalmente saber el sexo de nuestros bebés, ambos estábamos ansiosos, mi panza ya era notoria porque estaba en la semana veinte.
-Por acá podemos ver a una nena y otra nena, ¡las nenas son bravas, tienen carácter pero son divinas! Felicidades-él medico nos sonrió.
Peter me acarició la cara y le sonreí emocionándome.
-Ya veo que tienen tu energía de terremoto-él se rió- igual, eso no me molesta..-besó mi frente y entrecerré mis ojos-¿viste? Te gané, yo sabía que iba a ser nena
-Pero no sabías que iban a ser dos-elevé mis cejas molestándolo, él se rió y lo besé antes de limpiarme la panza, Peter me hizo caricias ahí, él era la persona más cuida y amorosa del mundo, siempre me trataba como si fuera de cristal.
-Lo bueno es que están bien, sanitas y creciendo..-asentí con la cabeza.
Juntos nos fuimos a caminar un ratito después de pedirnos un café, al rato Peter tuvo que irse, pero antes me dejó en nuestra casa, una vez ahí me quedé observando la pared, poco a poco estábamos empezando a hacer del lugar un lugar propio, estábamos imprimiendo fotos, comprando adornos y llenando cada espacio de color, haciendo de nuestro lugar un hogar con todas las letras.
Estaba preparando el almuerzo cuando sonó el timbre, cuando abrí la puerta me encontré con que era mi mamá, no habíamos vuelto a hablar.
-Hola-ella me saludó y extendió sus brazos para darme un abrazo, yo me quedé estática, ella suspiró y besó mi frente-¿hablamos?
No le respondí, pero la dejé pasar, ella miró hacia abajo y se dio cuenta de lo mucho que había crecido mi panza.
-Que... Que enorme-me sonrió alegre y se le achinaron los ojos- estas hermosa Lali, luminosa
-¿Viniste por algo en particular?-fui directa.
-Nos debemos una charla vos y yo-elevó sus cejas- soy la peor mamá del mundo, ya me di cuenta de eso... Y con vos me equivoqué horrores, toda la vida me equivoqué básicamente-suspiró- no quiero seguir haciéndolo, sos importante en mi vida La... Sos mi familia, sos mi chiquita, mi máximo orgullo.. Siempre estuve orgullosa de vos, nunca lo demostré pero lo estoy... Me hace sentir un poco bien que la "desgracia" haya tenido una especie de final feliz.. Verte con el brillo en los ojos con el que miras a Peter me trae algo de calma.. Porque nunca te vi así, y él es un buen chico, seguro va a cuidarte de todo.. Volviendo a lo mío, yo no quiero seguir viviendo peleando, la vida es corta, ¿no?-suspiró- ya no quiero gastar energía para discutir y hacernos más mal
Sus palabras fueron atravesándome como dagas, mi mamá en todo momento me miró a los ojos, estaba siendo sincera.
Me agarró de las manos y me puse a llorar, muchos años fantaseé con esto, nos dimos un abrazo, mi mamá también terminó llorando, la verdad es que siempre necesité a una mamá, quería a mi mamá, la que había sido en mi infancia.
-Perdón La...-ella me sacó las lágrimas de la cara.
-Está bien..-solté un suspiro- pero vamos a trabajar en mejorar las cosas, no es tan fácil.. Llevamos años en una constante situación de mierda, hay que recomponer el vinculo-me sinceré, ella asintió con la cabeza para después darme otro abrazo.
Más tarde llegó Peter y me trajo un ramito de flores coloridas, inevitablemente sonreí.
-Nunca dejes de sorprenderme-rocé mi nariz con la suya, él besó mis labios y me rendí fácilmente, lo abracé por el cuello sintiéndome más feliz, me sentía más aliviada.
Subimos a la habitación y no perdimos el tiempo, nos fuimos desvistiendo, mientras no parábamos de besarnos, Peter hizo una pausa para besar mi pancita, ese gesto me puso emocional, últimamente estaba muy sensible, lo que nunca, porque si bien lo era no lo mostraba a las otras personas.
Le hice caricias en el pelito mirándolo a los ojos y él me sonrió.
-Sos tan hermoso-solté un suspiro y ahora le acaricié la cara- sos un hermoso ser humano, sos buena persona, sos la persona más dulce que conocí, te amo mucho Juan Pedro-elevé mis cejas y él se rio.
Me dio más besitos y rozó su nariz con la mía.
-Yo te amo mucho mucho mucho... Y.. Yo sabía que yo era cursi, pero ahora me siento un bobo-también se rió.
Le di una palmadita en el trasero y se lo acaricié, él elevó sus cejas provocándome, entonces no me importó nada más, otra vez me entregué a la persona que en tan solo un corto tiempo se volvió muy importante en mi vida.

Indeseado despertarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora