America is here

V I I

— Que diablos querias que le diga? — Cerro los ojos en muestra de frustración.

— Talvez preguntarle de una forma más dulce ¿Quizá? — Respondió con una voz molesta pero bajá para no despertar al bebe que tenía en brazos.

El contrario frustrado se levantó del sillón para caminar y acercarse al Español.

— ¿Una forma más Dulce? Hay una forma dulce de preguntarle a un niño por qué diablos se estaba golpeando así mismo!? — Se contuvo a gritar por la misma razón por la cuál el contrario no lo hizo

España bajo la cabeza buscando solo dejar de ver a los ojos de su amigó — N-no lo se se te pudo ocurrir alguna u otra cosa! — Empezó a a arruyar al bebe al verlo moverse, sería molestó que se vuelva a despertar.

Italia al ver al bebe con intenciones de despertarse se alejó para que eso no pasara.

Se quedaron en un pequeño silencio en el que el español hacia sus esfuerzos para que el bebe vuelva por completo a los brazos de Morfeo, después de unos minutos lo logro, minutos en los que el italiano volvió a sentarse en el sillón y ver su celular.

Prrr. . .prrrr. . . Prrrr. . .prrrr. .

El celular del español empezó a sonar, con un poco de dificultad saco el objeto de su bolsillo, contestó sin siquiera ver quién era.

— Hola?. . .si habla el . . . . . Q-que?. . . . Ha- h-hace cuánto?. . . . .  Sisisisi voy de inmediato—

El castaño levanto levemente la cabeza al ver a su amigo tan ¿Feliz?

España guardo inmediatamente su celular para después acercarse al italiano rápido.

— Puedes cuidarlos? — Dijo para dejar al bebe el brazos del italiano.

— Pero- —  No pudo decir ni pío ya que el español salió disparado del lugar.

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Alli estaba, sentado algo incómodo mientras miraba a su amigo el cual solo miraba por la ventana.

— Dónde estan? —

Dijo, el contrario obviamente sabía a quienes se refería, bajo la cabeza.

— Gales y Australi estan en mi casa con Italia, Acadia y Trece sigen aqui. . . Junto a Francia — No, no mentía, ellos . . . seguían aqui.

Suspiró, estaba aliviado de que estuvieran bien y que dos de sus hijos se encuentren más que sanos para que les dieran de alta, sonrió ligeramente.

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Solto un leve suspiró para terminar de cerrar la puerta, el junto  a su amigo se la pasaron hablando de diferentes cosas, para culminar en que traería a Gales y Australis para que lo puedan ver.

Se sentía aliviado de que su amigo ya se encontrara entable, poco a poco todo esto se iba resolviendo

Empezó a caminar por los pasillos del hospital hasta que un grupo de doctores junto a algunas enfermeras corríeron a su lado, parecían asustado y preocupados.

Internamente les deseó buena suerte por qué doctores preocupados en un hospital no era nada bueno.

Siguió con sus camino hasta llegar a la sala de estar, se relajaría un rato antes de ir a ver a Acadia.

Después de que se pidió un late para ir tomando de a poco se acercó a la ventana, apreciando el exterior.

– Se está empezando a nublar – pensó al mismo tiempo que tomaba un poco de su bebida – Está mañana era soleado – Le resto importancia para sacar su celular, tenía algunos mensajes de Italia de los cuales estaba seguro que se trataban de cómo "escapó" de la a casa.

Sonrió levemente al leer los mensajes, en efecto lo estaba regañando, lo dejo en visto, por alguna razón tenía ganas de sacarle canas verdes al Italiano, al llegar a casa seguramente recibiría un fuerte regaño, pero la verdad no le podía importar menos.

Estubo un rato distraído en su celular hasta que se terminó su bebida, guardo su teléfono y levanto la cabeza para ver nuevamente por la ventana, estaba lloviendo.

— Demonios no traje paraguas — Susurro para si — Esperó que se pasé cuando termine de visitar a Acadia — Volvio a hablar para si.

Sin más se alejó de aquella ventana para botar el recipiente de su bebida y ponerse en marcha a la habitación del menor, se quedo pensando un momento -¿Por qué no le avisé que su padre ya está bien?- se pregunto así, si te enteras que el padre u madre de alguien despertó de un coma, lo más lógico sería decirle ¿No?.

No pudo darle más vueltas ya que llegó a la habitación del menor, dió 3 ligeros golpes, no obtuvo respuesta, volvió a tocar, sin respuesta todavía.

Ya un poco preocupado abrió la puerta con la esperanza de que el niño solo estaba durmiendo pero no, vio detenidamente cada parte de la habitación, no había nadie.

— A-acadia? — Llamó al menor con la ligera esperanza de que contestará pero obviamente no obtuvo una respuesta.

Exaltado salió de la habitación para preguntarle a cualquier persona si había visto al menor.

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— Oye estás bien? — Pregunto con notable preocupación.

El contrario solo no respondió, se abrazaba así mismo mientras soltaba pequeños zollosoz, Acadia se acercó más a este hasta poder tocar su hombro, acción que hizo que el contrario se asusté y levante la cabeza para verlo.

Acadia pudo ver cómo el niño contrarió tenía unos ojos color celeste bastante claro, estaban cristalizados y rojos, cosa que le puso más triste.

— Porque lloras? —