Treceava Parte

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La habitación ahora era más pequeña, el aire entraba en los pulmones de Percy con mucha dificultad, no podía ver nada con la venda que cubría sus ojos pero sabia que no se encontraba solo. Ya no esta sentado pero se encontraba tirado sobre un suelo húmedo y frió, aún tenia las manos atadas pero podía mover los pies con facilidad.

Percy, moviéndose sobre el suelo tratando de ponerse de pie—¡Sal de una vez y matame!

Bill, levantándose de la silla donde estaba sentado acercándose a él con una sonrisa de satisfacción—¿Ahora estas implorando por tu muerte?

Percy, con el rostro contraído de la molestia—Solo termina esto de una vez, prefiero eso a ser torturado por ti.

Bill, quitándole la venda de los ojos—No, esto no será sencillo para ti.

Bill, tomándolo de los brazos poniéndolo de pie—Tú, querido hermano, podrás luchar por tu vida.

Percy, mirándolo serio—¿De qué hablas, imbecil?

Bill, con una sonrisa extraña sacando dos varitas de su bolsillo—Tendremos un último duelo, veremos quien muere a manos de quien.

Percy, con el ceño fruncido—¿Me dejaras vivir?

Bill, negando sin dejar de sonreír—Dejaré que intentes sobrevivir.

Bill desató las cuerdas de las muñecas de su hermano, aventandole la varita viéndolo agarrarla con facilidad.

Percy, sonriendo divertido lanzandole un hechizo—Estaré tan feliz de matarte al fin.

Bill, esquivandolo y lanzandole uno de vuelta—Dime, Percy. ¿Qué se siente ser el hijo menos apreciado por la familia? Digo, entre todos nuestros hermanos nos llevamos un poco bien, pero tú, tú siempre fuiste él más invisible e insignificante.

Percy, lanzandole varios hechizos con rapidez—¿De verdad crees que tus tontas palabras causarán un efecto en mi? ¡Yo no necesito el estúpido amor de personas lo bastante estúpidas para no buscar la grandeza.

Bill, soltando una carcajada sin dejar de luchar cada vez más rápido—¿Grandeza? ¿Acaso así es como me llamas a ser la marioneta de todos?

Bill, levantando un ceja de manera divertida—No me digas que de verdad crees que eres alguien importante, vamos, tus poderes mediocres no se comparan a los de todos los demás. No eres nadie.

Percy, con el rostro molesto y con la respiración cansada—¡Callate! ¡Tú no sabes nada!

Bill, sonriendole con desprecio—Claro que lo sé, conozco más de lo que crees acerca de ti y tú "grandeza".

Bill, deteniéndose tranquilo mientras Percy solo lo apuntaba con cansancio—Pers, únete a nosotros. Únete y sé alguien que esté del lado correcto.

Percy lo observo en silencio, su respiración era rápida y entre cortada. Habían hablado poco, pero había luchado bastante, sin embargo Bill se veía totalmente tranquilo mientras el contrario luchaba por recuperar un poco de aliento.

Percy, a la defensiva—Jamás haré eso, ya estoy del lado ganador "hermano" y tú estás por morir ante mi.

Bill, suspirando con resignación—Creo que no tendré de otra más que matarte, lo siento hermano, quería hacer algo por ti pero no hay solución.

Percy, riendo amargamente—¿Matarme? No lo creo, tu serás quien terminará en el suelo de esta habitación con la mirada perdida, solo siendo un cascarón vacío.

Bill, sonriendo de lado con superioridad—La varita que tienes en la mano le pertenece a Harry, esa varita es tan fiel a su dueño que no podrá matarlo.

Percy, viéndolo con burla—Eso no importa, por el momento solo te mataré a ti y cuando lo haga su lealtad será mía. Mataré a todas las personas fuera de este lugar. ¡YO SERE EL REY DE INGLATERRA!

Bill, sin cambiar de expresión—No lo creo, ya que para tu mala suerte, tu cuerpo se encuentra siendo consumido por veneno de basilisco.

Bill, soltando una pequeña carcajada ante la mirada de preocupación de Percy—Cuando estabas inconsciente te las inyecte, fueron pequeñas gotas para que su efecto fuera más lento y menos reconocible. En este momento tu cuerpo se está debilitando tanto que por unos simples hechizos tú estás a nada de caer al suelo, mientras yo, disfruto ver tu cuerpo ser carcomido por el dolor.

Percy, cayendo de rodillas por un ligero dolor en el pecho—¡No! Yo te mataré, y después me iré.

Bill, posandose de cuclillas frente a él—Aunque lograrás matarme y salir de aquí, sólo sería cuestión para que pusieras un pie fuera de esa puerta antes de recibir un hechizo de muerte.

Percy, sonriendo maniaticamente con el sudor cayendo por su frente—No puedes esperar que yo crea eso.

Bill, recogiendo la varita que el chico había dejado caer tras otro dolor en el cuerpo—Es una lastima hermano, pudimos hacer cosas grandes juntos pero ahora solo te convertíras en el cascarón vacío que mencionaste hace unos minutos.

Percy, soltando un grito de dolor tratando de ponerse en pie—¡Lo haré, trabajaré contigo!

Bill, volviendo a negar con una sonrisa en los labios—Lo siento pero esa oferta ya expiró, sin embargo te tengo otra, haré que tu dolor termine de una vez solo si lo súplicas.

El contrario se tiro en el suelo gimiendo y gritando con un dolor agudo, las lágrimas brotaban de sus ojos hasta sus mejillas y miró a su hermano.

Bill, parándose derecho y apuntandolo con su varita sin expresión alguna—Vamos, hermano. ¡Suplicame que termine con tu sufrimiento!

Percy, sintiendo su cuerpo arder hasta quemar—Por favor.

Bill, mirándolo fijamente—¿Por favor? No, esto no es un favor para ti.

Percy, jadeando—Dile a mamá que lo lamento, que lamento todo.

Bill, haciendo un ligera mueca—Se lo diré, pero aún así esas no son las palabras que espero.

Percy, gritando fuerte hincándose frente a Bill—¡Matame de una maldita vez, hijo de....

Bill, gritando—¡Avada Kedavra!

El silencio reino por unos segundos, cuando la boca de Percy se mantuvo abierta por la sorpresa antes de caer al suelo con un sonido seco. Bill lo vio caer vacío frente a él, vio la vida irse de su cuerpo y vio como sus ojos que antes brillaban de algún modo, ahora sólo eran dos cuencas mirando a la nada.

No sintió nada más que una ligera punzada en el pecho, dejándose caer de rodillas al lado del cuerpo de su hermano podiendo su mano sobre sus ojos cerrandolos para siempre, estaba hecho. Ahora Bill no sufría remordimiento, pero tampoco sentía dicha.

No sentía nada pero tampoco le importaba. Miró a su hermano una última vez antes de salir por la puerta, vio a su madre fuera de la habitación pero ella solo le dio una sonrisa triste dejando salir algunas lágrimas.

Bill, acercándose a ella—Mamá, él...

Molly, abrazándolo—Lo sé, cariño, lo sé. Solo me alegra saber que ahora ya todo está acabado para él, y aunque siempre será mi hijo, nada justifica todo lo que hizo.

Bill, mirándola fijamente—Esto fue lo correcto.

Molly, dirigiendo su mirada hacia la puerta abierta de la habitación donde se veía a su hijo inmóvil—Lo fue, ahora podrá dormir tranquilo. Mi pequeño niño al fin será libre.

Bill miró a su madre y la abrazo sin decir palabras, sabía que esto la había destrozado por dentro pero también entendía que ella estaba consciente de que así era como esto debía pasar.

«Uno menos, quedan seis»

~YC 𓆗

Nota de autora: Hola, una disculpa. Se que tarde demasiado pero mi computadora "murió" y ahora estoy consiguiendo otra. Aceptó que esto no es justificación pero no me gusta mucho escribir desde el teléfono y la escuela también es un impedimento, sin embargo, espero que les guste este capitulo. Besos. ✨

Lobos entre corderos [Dark Drarry]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora