Triple vida en una sola. [Zelink]

13. Sueño.

(Vuelve a ser narrado por Link de Ocarina Of Time, "El pequeñín").

Si tuviera el poder de volver el tiempo..., lo haría, por el simple hecho de evitar dejar a la princesa por un día...si no la hubiera dejado, tal vez... ella... no estaría en problemas ahora, creo que a todos los elegidos les gustaría iniciar de nuevo aquel momento para evitar lo que hoy estamos pasando. Cada uno. Cada día, hora, fecha, minuto, si pudiéramos elegir nuestro camino, estoy seguro que ninguno de nosotros elegiríamos ser los elegidos, cada quién se lo llevó por sorpresa, de eso estoy seguro, los problemas continuarían aunque no fuéramos los elegidos, pero si no fuéramos aquellos, jamás hubiéramos conocidos a aquellas princesas que están ahora atrapadas por parte de nuestra culpa, las descuidamos, y eso fue un grave problema. Pero ahora hay más además de ese, algo me dice, que llegaremos tarde para ayudar, pero, ellos jamás lo entenderán, sólo piensan en los errores del pasado, y no se dan cuenta de la realidad en la que estamos en éste preciso momento.

-No me harás nada, maldito lobo- Éstos son demasiado estúpidos, los dejaré por ahí, peleando, no me importa si mueren, o si las princesas tienen que ser salvadas solamente por mí, o si tengo que ser sacrificado, ya no importa nada realmente, solamente tengo que continuar ignorando lo demás. Como siempre debí hacer. Esperar de su ayuda no me beneficiará en nada.

Miré como se peleaban, reuní las fuerzas suficientes y caminé en dirección contraria del castillo y de éstos. Todavía me dolía la pierna, pero este es un simple rasguño, nada comparado con lo que me espera en aquella batalla del "final".

Camine por toda la ciudadela de hyrule, cerraba los ojos, evitando las miradas. Hasta que escuché, un curioso canto "La leyenda que declara luz a la oscuridad" (Sacado del rap de ZarcortGame, por si querían saber.) Me llamó demasiado la atención, era una voz curiosa, detallada, fina y dulce. Puse mi mano en la oreja, esperando escuchar desde dónde provenía ese canto, y lo curioso es que se escuchaba desde el cielo. Traté de correr hacía donde estaban los elegidos, y cada uno sangraba o de la cara o de alguna parte del cuerpo que no estaba cubierto por la ropa.

-Imbéciles- Grité, ambos dejaron de pelear para mirarme. Sus gestos jamás los olvidare, ambos gestos estaban llenos de furia y lujuria por la sangre. -Sé dónde están las princesas- Esperé a que reaccionaran a caminar hacia mí, pero no hicieron eso, solamente me miraron y después miraron al cielo.

-¿Celestia?- Dijo el Lobo, con sangre corriendo alrededor de su cuello, orejas y boca.

-Vayan a lavarse- Ordené, odiaba verlos de esa manera.

-No- Dijo el sonriente -¿Por qué debería?-Preguntó, moviendo al lobo a un lado, levantándose inmediatamente.

-Porque sí, saben- Suspiré. -Jamás salvaremos a las princesas si ustedes siguen actuando de esa manera, son egoístas, fijándose en los errores pasados, que, como su nombre lo dice, son P-A-S-A-D-O-S, ahora ya está hecho, hayan lo que hayan hecho, solamente fíjense en el futuro y el presente, y si siguen así, el futuro será gobernado por Ganondorf, con nosotros muertos o destripados. ¡Ustedes eligen!- Ambos sólo me miraron, y caminaron, pasaron de mí al mismo tiempo, uno paso por mi derecha y el otro paso por mi izquierda. No creo poder con una carga tan grande, caeremos, y seremos aplastados, de eso estoy más que seguro. Pasó tiempo, ellos no volvían, así que me senté en una banqueta, era de noche, y llovía para mejorar el ambiente.

En mi mente llegaron recuerdos sobre todo lo que ha pasado, no sé por qué, pero Zelda estaba en mi mente, éramos pareja, más no sé si se enojó porque tarde demasiado. Una lágrima recorrió por mi mejilla. Al darme cuenta de ello, me reí de mismo, jamás se había sabido sobre que el elegido llorara, ni en la más mínima historia, somos fuertes por fuera, nadie notará nuestro miedo, pero realmente, solamente..., piensen en cómo sería pasar por todo lo que hemos pasado, sentirían miedo, ¿a qué sí? Pero esto lo hacemos porque debemos proteger y aceptar nuestro destino, nunca diremos nada al respecto, por el simple hecho de que gracias a nuestro papel de elegidos, hemos conocido más cosas que ninguna otra gente conociera.