𝙑𝙀𝙄𝙉𝙏𝙄𝙎𝙄𝙀𝙏𝙀

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El viaje en taxi se sintió eterno al igual que la mañana misma.
Mamá estaba contenta de mi vuelta, como si hubiera ganado la lotería, en fin había logrado lo que quería, que vuelva al pueblo, sana y salva, como quien dice lista para el drama.

—¿Es verdad que te avejentaste en Nueva York por el distanciamiento del vínculo?¿Que sentías lo mismo que Jacob?¡Suena súper!—Seth exclama sentado en un costado de mi cama, unos centímetros lejos de Leah mientras yo sacaba mis pertenencias de una de las maletas

Estábamos todos en mi habitación, como si fuera una junta de interrogatorio. Mamá estaba trabajando y me vería recién a la tarde, en unas horas.

—Que delicado Seth.—reprocha Leah.—Pero dinos, ¿Si fue así?

—No, bueno, pero que chismesuelto me salieron los hermanitos.—me quejo con una sonrisa en el rostro, dejando de desempacar para mirarlos a ambos.—Si fue así, bastante molesto a decir verdad, pero supongo que la conexión es así de fuerte.

—¿Pudiste oírnos allí?¿Te transformaste?—cuestiona curioso Seth.

—No pude oír nada, se sintió como antes...—suspiro.—Fue tranquilo, y no me transformé, no lo vi necesario pero debo decir que lo extraño. Tampoco tenía lugar en esa ciudad para andar tranquila como un gran animal.—dejó salir una leve risa.

Las preguntas siguieron y siguieron por minutos, pero la más importante y controversial de todas no tardó mucho más en aparecer en la escena, parecía nadie querer hablar del tema hasta que Seth se animó a mencionarlo.

—¿Qué vas a hacer con Jacob?

Por unos escasos segundos no respondí, sentía los ojos de cada uno de mis hermanos clavados en mi. Exhalo con calma, sentándome al lado de la casi ya vacía maleta, donde se encontraban ellos.

—Hablaré con el, vine convencida a hacer eso. Ustedes saben todo lo que hemos vivido...

—Si, la verdad es que es un tarado.—espeta mi hermana.

—¡Leah, no le digas así!—se queja Seth, pero los callo a ambos siguiendo con mi explicación.

—Como decía... ustedes saben todo lo que sucedió, intenté evitarlo, él tuvo deslices gigantescos, peleamos, discutimos, nos ignoramos, pero al parecer nada fue suficiente como para arrancármelo de la cabeza, menos aún de mi corazón.

—Pero no aparece por ningún lado, veo muy difícil que le des una oportunidad si no está.—menciona pensativa Leah.

—¿No han sabido nada de nada?

—No.—responde Seth.—Hemos estado todos al tanto de buscar su rastro. Billy está muy preocupado. Sam lo buscó hasta fuera del pueblo, pero no hubo noticias. Tu ausencia y la de Jake lo tuvieron bastante inestable, supongo que a un alfa no le gusta que falten parte de la manada...

Esa información me abrió los ojos, tendría que visitar a Sam, al igual que a Billy y anunciar mi llegada a la manada.

Los días restantes de esa semana pasaban volando. Ese miércoles lo tomé como un día off, mucho había vivido y los cambios de horario me afectaron. La novedad fue haber dormido casi todo el día y toda la noche, descansé todo lo que no había descansado en Nueva York. Eso hizo que comenzara muy positiva y contenta el día jueves.

Pasé la mañana junto a mamá, Seth debía ir a la escuela y Leah iría con Sue al trabajo, ya que se estaba integrando. Era obvio y definitivo, no estaría todo el día tirada por la casa. Debía hablar con Sam, pero con mucha más urgencia ver a Isabella.

𝐏𝐋𝐀𝐍𝐄𝐓 𝐇𝐄𝐑-jacob black.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora