𝐏𝐋𝐀𝐍𝐄𝐓 𝐇𝐄𝐑-jacob black.

𝙑𝙀𝙄𝙉𝙏𝙄𝙐𝙉𝙊

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Quería ver a mi mamá, ella no estaba sabiendo nada de lo que sucedía ahora. Nada de Jake, ni de mi.
El viaje de ida a lo de Billy fue una locura, tenía hasta ganas de llorar de la molestia y dolor. Leah se estaba portando como una reina conmigo, estaba infinitamente agradecida.

—Dina, ya estamos llegando ¿si?—susurra mi hermana al oírme quejar por millonésima vez en todo el camino.

—Que me esté doliendo el cuerpo no me hace ciega.—contesto irónicamente, intentando crear un ambiente más divertido.

—Ni moribunda dejas de ser tonta.—burla Leah mientras la casa Black se veía frente a nosotras, con la manada fuera, expectantes. Hasta Billy estaba en la entrada y no dentro de su hogar.

Con Leah avanzamos caminando hasta ellos, mi hermana ayudándome como muleta, sosteniendo parte de mi peso con su brazo alrededor de mi cintura.

—¡Leah ¿que sucede?!—exclama Seth, acercándose a nosotras casi corriendo.

—Dina no está bien ella-...—la interrumpe Paul.

—¿Dina, estás mal?—cuestiona confundido al no ver ninguna lastimadura en mi cuerpo.

—Si, si me ayudarán todo sería mejor.—comento ahogando otro quejido. Rápidamente ambos liberan a mi hermana y, ubicándose a cada lado, me ayudan a encaminarme a la casa.

—¿Porqué está así?—la voz de Billy suena severamente preocupada hacia Leah.
Pero su respuesta fue acallada por un alarido desde adentro de la casa, proveniente de Jacob, y ese mismo opacado por un grito ahogado mío.

—¿Pero que diablos...?—suena hasta asustado Paul.

—Billy, Sam. Creemos que es por el vínculo.

La intervención de Leah dejó a todos en silencio, hasta a mi. Esperando alguna reacción del resto.

—Puede ser, esto jamás se ha visto antes, todo es posible. Dina ¿Crees poder aguantarlo? El Cullen no debería tardar demasiado tiempo más...—iba a asentirle a Sam antes de que el mismo entrara por la puerta hacia la habitación de Jacob, los gritos se seguían escuchando y yo me moría por dentro.

—Estaré bien, Billy.—respondo ante su semblante lleno de pesar. Seth y Paul aun ayudaban a sostenerme, ni siquiera estaba débil, pero el simple apoyar mi cuerpo completamente al suelo dolía.

Nuestra atención fue tomada por la gran anaranjada camioneta de Bella, frenando de golpe frente nuestro y bajando de esta a toda velocidad.

—¿Está-...—su propia pregunta quedó en el aire, siendo totalmente opacada por los gritos de Jacob que ponían los pelos de punta a cualquiera, y a mi amiga una gran cara de horror, más aun al verme retorcer a mi de una punzada de dolor. Parecía un parto.—¿Dina...?

—Ya vienen así desde hace rato.—habla Jared.—El doctor está quebrándole los huesos y acomodándolos correctamente.

—Uf, si que se siente así.—comento por lo bajo.

—¿Por qué se entrometió?¡Yo lo habría matado!—exclama mi hermana, a la cual le dedico una mala mirada.

—Ya basta, Leah.—reprocha Paul a mi lado.

Carlisle salió de la casa, encaminado hacia mi persona.—Dina. ¿Cómo te sientes ahora?—escanea mi cuerpo con su mirada, prestando atención al sonido del bombeo de sangre y los latidos, esperando que todo esté bien.

—Cansada de tanto dolor, debo ser honesta.—suelto un suspiro.—Pero mejor, si.

—Estas perfecta. Eso es por que ya he terminado mi trabajo con Jacob.—cambia el Cullen su mirada hacia Billy.—Ya pasó lo peor, se recuperará. Le di morfina pero su cuerpo la consumirá rápido, así que volveré luego por más.