𝙏𝙍𝙀𝙄𝙉𝙏𝘼 𝙔 𝙉𝙐𝙀𝙑𝙀

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El tiempo, ahora que estábamos viviendo con menos preocupaciones y más en paz, parecía volar. Aunque ese mismo tiempo es el que hizo que todas las cosas cayeran en su lugar. Bella había podido estar con Charlie, haciendo que el se pudiera mantener en su vida. Ambas manadas comenzaban a coexistir. Incluso los enigmáticos Vulturis parecían aceptar la nueva vida y estatus de Bella, trayendo calma al clan y a todos a su alrededor, a pesar de que era obvio que querrían pruebas de aquello.

Pero ese mismo tiempo que acomodaba nuestras vidas, era también nuestro único enemigo.

Renesme estaba creciendo demasiado rápido, era increíble. Pero era tan así, que a todos nos preocupaba cuánto tiempo tendríamos por vivir con ella. Y si a mi, que era la tía Di, eso me asustaba, no quería imaginar como ese mismo terror debía perseguir a los propios padres de la niña, o incluso a mi hermano.

Lo único positivo de esa inseguridad, era que hacía de cada momento compartido con ella, único y muy valioso.

Esta tarde Jake y yo habíamos llevado a Seth a la residencia de los Cullen, quedándonos nosotros patrullando los alrededores. Seth estaría pasando el tiempo con Renesme y Bella jugando en la nieve, todo Forks estaba bañado en ella, una blancura total que me encantaba. Hacía que me pueda camuflar fácilmente dado la similitud con mi pelaje. Jake, Leah y yo estábamos bromeando sobre ello dentro del frondoso bosque cuando un aullido de Seth congela todo nuestro alrededor.

Algo había pasado, y debíamos irnos con los fríos.


Todos estábamos reunidos dentro de la casa Cullen, todos menos Leah, que aun sigue sintiendo cierta antipatía hacia los vampiros y decidió seguir patrullando la zona. Me encontraba junto a Jake, quien pasaba su brazo sobre mis hombros, y a mi otro lado Seth. A pesar de sentirnos cómodos con los fríos, los tres nos mantuvimos siempre a raya, quedándonos en una esquina de la sala, un tanto recluidos.

—Tanya había mandado a Irina a disculparse por lo sucedido en la boda.—explica cortando la comunicación de teléfono Carlisle, sentado desde el sofá junto a su esposa.

—Quizás se arrepintió.—supone Edward desde la silla del piano, a su lado estaba Nessie y a unos centímetros Bella.

—Probablemente haya sido mucho ver a Seth.—interfiero, el mismo me había recordado la mala pasada que habían tenido en la boda mientras yo hablaba con Alice y Jasper, verlo otra vez podría haber sido feo para ella.

—Hubiera querido hablar con ella...—confiesa Bella.

—Es familia. Ya volverá.—asegura el rubio doctor, sonriéndole a su esposa mientras se relajaba en el mismo sofá.

Pocos segundos después, Edward y Renesme comenzaron a tocar el piano, todos nos quedamos embelesados con los talentos de la niña. Tan poco tiempo de vida y tantas cosas ya aprendidas, era realmente un lujo verla crecer.

Compartí una genuina sonrisa con Emmett, quien estaba reclinado en la cola del piano, junto a Rose, mientras Alice entraba a la sala con un jarrón con flores dentro.

Que inesperado fue notar como esto mismo se resbalaba de sus manos, causando un estruendo por su caída contra el piso. Los vampiros tenían fuerza, y muchos reflejos, esto no era normal.

—¡¿Alice...?!—exclamo, avanzando instintivamente un paso, sin embargo ella se encontraba a varios más lejos. Jasper llegó a su lado en menos de un abrir y cerrar de ojos.

—¿Qué sucede?—susurra Jasper a su esposa.

inmediatamente todos los presentes enfocamos nuestra atención total a la pequeña morocha.

𝐏𝐋𝐀𝐍𝐄𝐓 𝐇𝐄𝐑-jacob black.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora