Capítulo 8

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Shu decidió ignorar aquella actitud del bebé para pasar su vista al mapa. Quizá ya de tanto verle se había fastidiado, pero ni modo, era él quien lo cuidaba.

Por lo que veía, no faltaba demasiado para llegar al final del páramo e internarse al bosque de nuevo, donde habitaban aún más criaturas de las que había visto antes, pero un tanto más salvajes según las indicaciones que veía escritas alrededor del plano.

Eso le preocupó un poco.

Miró detrás de sí hacía Delta y Drum. Ellos habían estado solos todos esos días, pero apenas eran unos niños, no entendía cómo es que habían sobrevivido tanto tiempo, pero le aliviaba mucho.

Se preguntó qué sucedería con ellos cuando terminarán el viaje y entregarán a Valt a su familia. ¿Volverían a su soledad? ¿A vagar solos por el bosque con todos esos peligros?

Si pudiera llevarlos con él, lo haría. Pero su "mundo" era tan riesgoso como este.

Finalmente y al cabo de unas cuantas horas, decidieron descansar en un claro.

—¡Free, Free! ¡Ven vamos a buscar setas, para comer!—gritaba el pequeño Drum quien quería buscar comida, pero Delta quería algo más.

—¡No, mejor vamos a buscar bayas!—ambos menores lo jalaban, claro que sin tener mucha fuerza por lo pequeños que eran.

—¿Quieren que los acompañe?—inquirió Shu, terminando de cambiar los pañales del bebé y que tendrían que lavar después, pues no es que fueran desechables.

—¡No!—vociferaban al unísono, aún estaban molestos como el bebé, por no haber hecho algo.

—Chicos no sean groseros con Shu, él los ha estado cuidando—se agachó para ver a ambos—. Es mejor que vaya yo solo, allá puede haber criaturas más horribles.

El albino simplemente no entendía por qué todas las personas ahora le repudiaban. Incluso los pequeños, no recordaba haberles hecho algo malo, hasta el bebé que seguía viendo a otra parte para evitar cruzarse con él.

—Uhmm…—Delta se lo pensó un poco más, entendiendo que tenía razón. Tan sólo unos días atrás casi eran comida para una de las criaturas, y si no fuera por su magia, que se encargaba de adormecer al oponente, ni la contarían—. Ven, Drum…—murmuró, tomando la mano del chico,

Pero tampoco fueron con Shu, más bien fueron de curiosos a ver a los guardias y que hacían.

—Regreso más tarde, quiero explorar el panorama y ver qué tanto poder llegarán a tener las criaturas de aquí—comentó Free dejando su bastón—. Si pasa algo no dudes en usarlo solo vierte mi sangre—se acercó a Shu y se lo dió en las manos—, ¿Entendido?

—Sí—respondió, tomando el bastón, mirándolo atentamente—. Sólo ten cuidado…—musitó después, dejando el objeto a un lado sobre su bolsa como si fuera algo de cristal y temiera que llegara a romperse.

Tras ello, los demás guardias, observaron a Shu quien tenía abrazando al bebé, pero eso no era todo le habían entregado una reliquia y lo peor es que eso servía para controlar su poderosa magia.

—Mi señor, opino que debería llevarlo consigo—comentó uno de ellos antes de que partiera el rubio.

—No lo veo necesario, ustedes lo necesitan más que yo—comento calmado, sin quitar su mirada de Shu.

—¿Es peligroso? Tal vez ellos tengan razón, no deberías arriesgarte tanto—musitó quizá algo alarmado por ello.

—Alteza, le pido que confíe en nosotros para resguardar a… al humano y los niños—habló otro.

𝐃𝐨𝐧𝐝𝐞 𝐨𝐜𝐮𝐫𝐫𝐞 𝐥𝐚 𝐦𝐚𝐠𝐢𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora