Capítulo 10

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Claro que, no iba a admitir que muy en el fondo aquello se había sentido bien.

—Buenos días—murmuró Delta, levantándose y tallando sus ojos con pereza para mover a Drum—. Oye, ya levántate…

—Otro ratito más—murmuró entre sueños jalando a este como si de una almohada se tratará para abrazarlo.

Delta estaba que se moría de la vergüenza, no obstante también lo quería abrazar. Shu solo negó, al parecer no era el único que estaba apenado.

—Hay un lago adelante—murmuró el albino, viendo de reojo el mapa que había dejado en el suelo, sostenido por algunas piedras en sus esquinas. Pero también enfocándose en cambiar al bebé—. ¿Quieres ir a nadar, pequeño?—inquirió jugando con él, haciéndole cosquillas en su pancita.

Mientras Delta ya tenía cargando a su amigo sobre su espalda para ayudar a recoger la cama. Aunque por el peso del rubio le estaba costando un poco.

Free se acercó a Shu con una sonrisa y un aura tan feliz que posiblemente ni la persona más impactante se la quitaba.

—¿Ya estás mejor, princesa?—preguntó observando a dónde quería ir, no era peligroso ya había limpiado el área de las demás criaturas que no razonaban.

El albino se sorprendió un poco al no advertir el acercamiento, pero quiso aparentar un poco.

—Estaba pensando en llevar a los niños ahí, también para recolectar algo de agua para el viaje, encontrar comida y lavar—señaló mirando al rubio—. ¿Puedo?

—Adelante, pero yo voy contigo—dijo el blondo, no quería que algo les pasará, menos si iba con todos los niños, era mejor ser precavido—. Aparte, les dará miedo ver unos cuantos cadáveres tirados por ahí—rasco su nuca con nerviosismo, pues después de la primera manada que mató no recordaba más allá de ello.

—¿Cadáveres?—cuestionó, mirándolo fijamente—. Creo que sería bueno si vas a limpiar primero—suspiró, siguiendo con lo que hacía, levantando a Valt una vez estuvo listo.

—¿A dónde vamos?—inquirió Delta, llegando junto a Drum, entregándole las prendas a Shu.

—Dice Shu que los quiere llevar a nadar, pero primero coman, en lo que hago algo antes de que vayan. —comento para caminar lentamente hasta el bosque que posiblemente sería un desastre— Cuiden de ellos mientras no estoy.

—¡Sí, señor!—exclamaron los guardias, tomando sus respectivos puestos, rodeando a los cuatro.

—¿Qué les parece la idea?—inquirió Shu, mirando a los pequeños.

—Está bien—respondió Delta, dando un golpecito en la cara de Drum para hacerlo reaccionar de una vez.

—De acuerdo, tomen, coman un poco antes de ir—habló, extendiendo las hojas con fruta y los hongos que había preparado el día anterior.

Lo bueno que había encontrado los suficientes para también darle a los guardias.

Terminaron, y se pusieron a jugar entre ellos un rato mientras esperaban la señal del rubio, de que el camino era seguro.

Mientras estos comían Free iba levantando todos los animales que había matado con su magia y al igual que limpiando el pasto por la sangre que se había regado.

—Genial, De La Hoya, sigue matando así nada más porque sí—comentó el mismo echando los cuerpos a un lado para ocultarlos con un hechizo que los hacía piedra.

Free llegó un rato más tarde, viendo a los pequeños y luego a Shu.

—Listo, el camino es seguro—dio un bostezo y los pequeños lo miraron.

𝐃𝐨𝐧𝐝𝐞 𝐨𝐜𝐮𝐫𝐫𝐞 𝐥𝐚 𝐦𝐚𝐠𝐢𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora