Todo Normal (III)

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Pasaron los días sin mayor novedad y así la semana. Junto al ambiente nostálgico de un viernes en casa, me recosté a descansar atento a signos y señales, que podrían llevarme a dicho estado.
Esa noche dormí profundamente. Dado que al siguiente día era fin de semana y por ende tenía libre, de tal manera decidí empezar la mañana lentamente, tomándome con calma cada minuto.  Por lo que continue mi rutina; estirarme, lavarme los dientes, ducharme, desayunar, tomar un poco de sol, en fin, lo que suelo hacer, pero mas pausado y consiente de cada acto.
El sentimiento acompañado del recuerdo de lo vivido seguía acechando mi mente cada ciertos intervalos de tiempo.

Pese aquello la percepción del tiempo fue veloz, ya había transcurrido la mayor parte del día y  estaba cansando, pensé que debió haber sido por el sueño acumulado y las ansias de querer compreder lo sucedido. Curiosamente cuando me hallo con somnolencia es cuando suelen darme parálisis del sueño, sueños lúcidos o desdoblamientos.

VentanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora