Antiguos manuscritos (XIII)

521 321 15
                                    

Posicioné los arcaicos escritos bajo mi abrigo procurando que la lluvia no los alcanzase.
Sentí como la adrenalina recorría mi corporeidad mientras caminaba por la desierta ciudad, ningún alma vagaba y aún así sentía como si me persiguiesen, me detuve y miré a mi alrededor como la lluvia se había disipado, y ahora solo se divisaban pequeñas gotas cayendo lentamente.
En ese preciso instante el cielo se despejo, deslumbrando un extenso rayo solar sobre la calzada, el cual iluminó mi andar por unos breves segundos, ya que en un abrir y cerrar de ojos, la ciudad volvió a su característica oscuridad acompañada de una lluvia torrencial y junto a ello mi pensamiento profundo y reflexivo.

Llegando a casa, abrí la reja exterior de mi hogar, avance por el extenso jardín y me hallé bajo una estructura de arco y columnas que me resguardo de la lluvia. Tome asiento para calmar mis ansias y extraje el texto, así asegurarme que lo sucedido era real y no una mera fantasía, las observé y suspiré confiado. Al cabo de unos minutos me levante de aquel sitio y me dirigí al interior de mi vivienda con la finalidad de ir a mi habitación para estudiar y examinar estas hojas a fondo.

VentanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora