Intento de control (VII)

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Antes de la llegada del alba, en plena oscuridad, yo yacía en mi habitación helada y de aspecto lúgubre, fue en aquel momento cercano a la hora de siempre cuando concentré mi pensamiento, focalizado en entrar a voluntad al estado de conciencia elevada, que ya había experimentado noches pasadas.

Mi concentración fue tanta, que mi cuerpo hervía en altas temperaturas, lo que hizo detener mí estado de trance, por lo cual quise acercarme y abrir de par en par las ventanas.

Fue mientras abría el ventanal, que vino repentinamente un sentido de comprensión el cual erizo mi piel, aquellas ventanas de días anteriores extendidas del mismo modo, sin duda fueron abiertas por mi en aquella ocasión.

Este sentir de plena conciencia y nuevo hallazgo, me dio la energía de volver a concentrar mi pensar, sentí como regresaba ese inmenso calor por todo mi cuerpo, incluso llegué a pensar que mi interior estallaría, pero la ventolera hizo su efecto y logre aclimatarme.
Ya en estado de ensueño logré abrir mis ojos, y de esta manera observar el alrededor, respiré profundamente e intenté mover mi cuerpo, la fuerza física no era la necesaria para hacerlo, es un poder interno que lleva a mi cuerpo a levantarse, tras condensar mi deseo de salir de mi cuerpo, finalmente pude voltear y verme durmiendo plácidamente en mi cama.

Era primera vez que me apreciaba, y no a través de un espejo, mi cuerpo largo y delgado de tez pálida con cabello oscuro y ojos grandes, tendido en un estado de rigidez total.
Esta imagen de mi, acompañada con el aspecto nocturno de mi habitación me hizo suspirar profundamente.


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