Capitulo Uno (XIV)

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De vuelta en mis aposentos me recosté en mi catre. El día había sido largo e inesperado. Acto seguido al tumbarme tomé con sumo cuidado el libro recién adquirido. Si bien su estado era de un notorio desgaste, era posible manipularlo sin provocar mayores daños. Esto facilitó el inicio de la lectura. Pasaron pensamientos sobre que encontraría en los primeros párrafos, cuestionando si era lo que necesitase realmente, y en que me estaba involucrando.

Abrí las primeras páginas, y con una visión un tanto borrosa no pude distinguir lo escrito. Pasados unos segundos pude enfocar con mayor precisión. Encontrándome con un prólogo con un manifiesto del propósito junto a una guía del cómo leer. Un pequeño apartado con una recomendación de realizar la lectura previo al momento de dormir. Haciendo también un énfasis en la importancia de los sueños y cómo el control de estos podría protegernos fortaleciendo la comprensión del día a día y episodios nocturnos. Ojeé de manera rápida y espontánea el contenido de inicio a fin, observando una gran cantidad de hojas en blancos. No me percaté de ningún índice ni capítulos. Pensé que quizás estaba durmiendo y me encontraba en una escena de ficción producto de mi imaginación, ya se hacia tarde. Recordé que en la ensoñación la luz eléctrica no se encendía. Por lo que me levante y fui junto a la puerta y presioné el interruptor. Observé la ampolleta y tras unos segundos de suspenso, la habitación se ilumino.

Me volví a tender, y ya inmerso en la noche, en plenas horas de pernoctación. Mantuve entre mis manos el tomo para indagar aquellas blancas hojas. Para mi sorpresa la tinta abundaba en el folio, permitiéndome iniciar el capitulo número uno.

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