Intento (Parte VI)

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Pasaron semanas y aquel suceso, paso de ser un pensamiento constante a un recuerdo olvidado. Los días transcurrían de manera natural, y ya se sentía en la atmósfera la llegada del  otoño. Las hojas amarillas, y las páginas de mi cuaderno, arrugadas por el tiempo reflejaban un cambio de paradigma en el ambiente y en el pensar.

Mi familia dispersa por la ciudad, cada uno demasiado ocupado construyendo su destino, y yo recién egresado de la universidad buscando trabajo. Por lo que el ser solitario fue una adquisición natural, ya de pequeño la situación era similar. No era algo que me incomodase o me cuestionase cuando se hacia presente la melancolía. Mis dramas eran diferentes.

Aquella noche volví a sentir, de mi herida ya sanada, un dolor agudo y punzante, el cual me mantuvo con insomnio durante varias horas, por lo que decidí ya confiado y sin dudar, intentar controlar y entender de manera total la sensación de conciencia elevada de noches pasadas. Y así lograr manejar a mi otro yo, y si es posible, comunicarme para resolver esta incertidumbre.

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