XXXIII

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ARISTÓTELES

Desde que mi bebé volvió las cosas son mejores, decidimos cambiarlo de escuela a una un poco más cercana a la casa y con empleados más respetuosos, nuestro hijo se adaptó bastante bien, desde su primer día ahí está feliz, incluso es mucho más sociable con sus compañeros, por otro lado, Emiliano sigue trabajando en el tema relacionado a la alfa quien ya no sabe que más inventar en nuestra contra, en especial desde que se dió cuenta quien es Pancho y que ya no tiene oportunidades contra nosotros.

También esta fue mi última semana trabajando porque ya falta muy poco para que nazcan los bebés, sinceramente a este punto ya siento que no puedo más, mi cuerpo en general está muy hinchado, me canso hasta de solo ir del cuarto a la cocina, la espalda me duele todo el tiempo, dormir es mil veces más difícil que antes y en general todo esto ya es muy complicado, pero el lado bueno de esto es que en un máximo de dos semanas ya podremos tener a nuestros bebés con nosotros y eso me hace muy feliz porque ya quiero conocerlos.

En otros temas, hoy es una más de esas noches en que no puedo dormir, la cama me incomodaba, la espalda me dolía, los bebés se estaban moviendo, mis piernas otra vez estaban hinchadas y me dolían, además de eso también tenía hambre y de nuevo necesitaba ir a orinar; con algo de dificultad fui al baño y después a la cocina a buscar algo que comer pero nada se me antojó así que solo bebí un poco de agua y volví a la habitación, mi hijo de nuevo dormía en el nido así que solo lo cubrí mejor con la cobija y me volví a acostar esperando dormir un poco más aunque no funcionó; después de un rato intentando dormir sin éxito alguno supe lo que quería de comer así que moví a Temo esperando despertarlo, pero el estaba en otra dimensión, por más que lo moví y le hablé simplemente no despertó, solo se acomodó y siguió dormido, decidí recurrir a Natalia esperando ella sí despertara...

Aristóteles: (susurrando) Nat... Cariño... Alfa...
Natalia: (medio dormida) ¿Qué pasó?
Aristóteles: Alfa despierta...
Natalia: ¿Te duele algo?
Aristóteles: No
Natalia: ¿No te dejan dormir por moverse?
Aristóteles: No, ya están tranquilos
Natalia: Entonces, ¿Qué es?
Aristóteles: Tenemos hambre y Temo no despertó
Natalia: (bosteza) ¿Qué se les antoja? (Se sienta en la cama)
Aristóteles: Pozole
Natalia: (ve el reloj) Amor, son casi las  3 de la mañana
Aristóteles: Perdón... Vuelve a dormir, yo haré lo mismo
Natalia: No creo que vendan a esta hora cariño
Aristóteles: No importa, descansa alfa (se acomoda)
Natalia: (suspira) Voy a ver qué puedo hacer, duerme un rato más, no me tardo (lo besa)
Aristóteles: Te amo alfa
Natalia: Y yo a ti (se levanta y comienza a arreglarse)

Mi alfa se fue y yo agarré su almohada, la acomodé bajo mi vientre, que con su gran tamaño es difícil acostarme y en la noche suelo abrazar a mi alfa en lugar de la almohada pero ahorita ella no estaría; ni siquiera se en que momento fue pero me quedé dormido pero desperté gracias a que alguien me estaba moviendo, con pesadez abrí los ojos encontrando a mi alfa a lado de mi, me sentía muy cansado así que cerré los ojos para dormir más pero ella volvió a moverme, sin decir nada me ayudó a levantar, me llevo hasta el comedor donde me dejó en una silla.

Natalia: Mañana le toca a Temo (le da la comida) No fue fácil pero encontré un restaurante abierto ya casi llegando a la carretera, tuve suerte que si tenían y lo conseguí para ti (besa su mejilla)
Aristóteles: Te amamos mucho (la besa)
Natalia: Cabe mencionar que no te serví todo porque no podrás dormir, el resto puedes desayunarlo
Aristóteles: ¿Ya te dije que te amo mucho alfa?
Natalia: Este par ya están en deuda conmigo (acaricia su vientre y los bebés se mueven)
Aristóteles: Están felices
Natalia: (sonríe) Come mi amor o se enfriará   (besa su mejilla)
Aristóteles: Gracias (la besa) Te ganaste un desayuno especial hecho por mi
Natalia: Me conformo con una hora de sueño
Aristóteles: Ve a dormir
Natalia: No, te espero
Aristóteles: Perdón por ser molesto (hace puchero)
Natalia: Ustedes no me molestan mi amor (toma su mano) no importa la hora o qué tan cansada esté, siempre estaré para los cinco (besa su mano)
Aristóteles: Te amo alfa bonita (comienza a comer)
Natalia: Y yo a ustedes mi amor.

Después de comer volvimos a la habitación, los bebés ya estaban más tranquilos y los dos teníamos mucho sueño así que me acosté con mi alfa usándola como almohada y poco a poco logramos quedarnos dormidos, en verdad se que después de lo que hizo esta noche estoy muy en deuda con ella.

Amor de tres.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora