XVIII

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🚨 CONTENIDO EXPLÍCITO🚨

ARISTÓTELES

Una a una fueron desapareciendo las prendas de mis alfas, sus miembros ya se marcaban en su ropa interior y sus feromonas invadían la habitación haciendo efecto en mi, se bien que mi cuerpo es bastante sensible pero con el embarazo parecía serlo más, sus manos sobre mi piel creaban corrientes eléctricas que viajaban por mi cuerpo, mi entrada comenzaba a lubricar, las últimas prendas abandonaron nuestros cuerpos, Natalia comenzó a besar mi cuello y sus manos recorrían con delicadeza mi cuerpo, luego Temo llevó su mano a mi entrada y comenzó a prepararme, solo eran sus dedos pero se sentía muy bien, cuando consideró ya estaba listo con una mirada se puso de acuerdo con Natalia, sacó algunos condones y mi alfa se puso uno, se acomodó mejor en la cama para luego acercarme a ella, me puse sobre ella, tomé su miembro guiandolo a mi entrada para comenzar a introducirlo lentamente, eso en verdad era mil veces mejor que los dedos de mi alfa, a pesar que dolía un poco se sentía demasiado bien.

Ya que me había acostumbrado a su tamaño me sostuve de sus hombros y comencé a mover lentamente mi cadera, me atrajó a ella para besarme, sus manos permanecían en mi cintura dejándo cierta distancia entre nosotros por mi vientre que recién está creciendo y que están cuidando como si estuviera al triple del tamaño que tiene realmente.

Me aleje un poco de ella para poder moverme mejor, en ese momento Temo se acercó por detrás de mi, besó mi cuello y tomo mi cadera para ayudarme con los movimientos, su cercanía provocó que su miembro erecto rozara mi espalda, lo que me hizo estremecer, además que hizo que una idea llegara a mi mente, sabía que estarían en completo desacuerdo conmigo pero en cuanto apareció en mi cabeza realmente deseé intentarlo...

Aristóteles: A-alfa
Temo: Dime omega (besa su cuello)
Aristóteles: Quiero probar algo
Temo: ¿Qué es?
Aristóteles: Quiero a mis alfas
Temo: (lo abraza) No me iré bonito (besa su mejilla)
Aristóteles: No, quiero tener a los dos
Temo: No
Aristóteles: Por favor
Natalia: Mi amor, debemos cuidarte
Aristóteles: Estaré bien
Natalia: Ni siquiera es posible
Temo: Relativamente si lo es
Natalia: No le des ideas
Aristóteles: Diego dijo que debían hacer lo que yo quisiera
Natalia: Pero no así
Aristóteles: Yo quiero eso
Temo: Puede ser riesgoso
Aristóteles: No lo es, le pregunté a la doctora
Natalia: Ya enloqueció
Temo: Mataré a Diego
Aristóteles: Cállense los dos, harán lo que yo diga
Temo: Eres tan lindo fingiendo estar enojado (besa su mejilla)
Natalia: Tu ganas, solo ten cuidado alfa
Temo: (la besa) Tu también lobita.

Mi alfa tomó un condón para luego usarlo, se acercó a mí y con mucho cuidado fue entrando también, eso en verdad estaba doliendo pero yo quería hacerlo, el dolor hacía que me costara respirar bien pero mis alfas trataban de tranquilizarme, una vez estaba todo dentro volvió a besar mi cuello y hombros, Natalia se acercó también para besarme y ambos liberaban sus feromonas

Temo: ¿Esto también cuenta como antojo de embarazo?
Aristóteles: S-Si
Natalia: Te amo (lo besa)
Aristóteles: Y yo a ustedes
Temo: ¿Podemos movernos?
Aristóteles: S-si, solo háganlo lento
Temo: Así será mi amor
Natalia: Tranquilo (besa su mejilla)

Mis alfas comenzaron las estocadas y en ese momento amé por completo la decisión que tomé, era simplemente perfecto y no era el único que lo disfrutaba, ellos también lo hacían, en cuestión de segundos la habitación se inundó de gemidos, el sonido de nuestras pieles chocando y nuestras feromonas mezclándose.

Poco a poco fueron aumentando el ritmo de sus caderas volviendo la experiencia mucho más placentera para los tres, no se porque no pensé en esto antes, es mil veces mejor que las otras veces, mi entrada era sobreestimulada al punto que en cuanto tuvieron un ritmo constante alcance el orgasmo.

Mis alfas en busca de su climax siguieron moviéndose y provocando espasmos en mi cuerpo, me sentía abrumado por el placer, mis alfas seguían moviendo sus caderas y yo no podía parar de gemir, pronto mi vientre comenzó a cosquillear de nuevo, mis alfas aumentaron el ritmo de sus movimientos hasta que unos minutos después llegamos al orgasmo, nuestras respiraciones eran erráticas,  el abdomen y pecho de mi alfa eran un desastre por mi culpa; salieron de mi, se quitaron los condones, los anudaron y los tiraron, luego mi alfa se limpio con una toallita.

Me fui a bañar mientras mis alfas ponían un poco de orden en la habitación, luego se bañó Natalia y por último Temo, mientras ellos se aseaban y arreglaban cambie la cobija de la cama y me acosté a comer unas galletas saladas que encontré en la cocina aunque me sentía muy cansado

Natalia: ¿Estás bien amor?
Aristóteles: Si, solo tengo sueño
Temo: Duerme un rato cariño
Aristóteles: No, hay que hacer la comida, ir por Xabiani...
Natalia: (lo besa) Déjanos a nosotros
Aristóteles: Ya fueron al súper en la mañana
Temo: Tu necesitas descansar, nosotros nos encargamos de eso
Aristóteles: ¿De verdad?
Natalia: Si bonito, descansa
Aristóteles: (bosteza) Los amo
Temo: Y nosotros a ti (besa su mejilla)

Amor de tres.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora