Capítulo 28

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Narra Jughead

Este era mi tercer cigarro y no podía parar, mi investigación no daba ningún tipo de resultados y extrañaba mucho a JB. Hasta que vino a mi cabeza un solo nombre: Penny. Es la única a la que no le he preguntado sobre el paradero de mi hermana menor.

Cerré la ventana de mi habitación, me levanté de la silla y me puse mi chaqueta. Mientras caminaba por el pasillo hacia la sala, escuché voces. Al llegar a la sala, vi a las chicas y Archie, pero Betty no estaba. La busqué con la mirada en la cocina, pero no la vi.

V: No vino -Dijo en cuanto me vio y notó que buscaba a Betty.

J: Oh -Respondí en un tono de voz bajo y, sin decir nada más, salí del departamento.

Me dirigí a la guarida de los Diablos. El viento alborotaba mi cabello, ya que no me había puesto casco, el dolor de cabeza no me lo permitía. Llegué a ese sucio y desolado lugar que la pandilla llamaba punto de reunión

P: Jonesy, hola -Me saludó en cuanto me vio- Tiempo que no venías por aquí -Sí perra, desde que tu pandilla me golpeó.

J: ¿Podemos hablar en privado? -Miré a Caín, que estaba sentado a su lado.

P: Luego hablamos -Dijo dirigiéndose al antes mencionado- ¿Ahora qué quieres?

J: Debemos hablar sobre JB -Se puso rígida en ese instante, aunque se relajó enseguida- Lleva 1 año desaparecida -No llores, no llores, no llores.

P: Lo sé, tú padre se devastó.

J: No han encontrado su cuerpo -Mi voz se cortó ligeramente, pero en seguida se recompuso- Ella desapareció, no se escapó.

P: Jughead -Suspiró- Sé que tú y yo no tenemos la mejor relación - ¿Por qué será, zorra? - Pero la policía dijo que posiblemente se haya escapado, ninguna entrada estaba forzada.

J: Ella nunca se habría escapado -Murmuré.

P: Sabes que yo la quiero como a una hija, sabes que mi mayor sueño siempre ha sido tener una hija y ella es como una.

Después de eso nos despedimos y me fui. Mientras iba en la carretera me pregunté varias cosas: ¿Y si había sido ella? Eso explicaría el porqué la entrada no estaba forzada, ¿Por qué habla de ella en presente? Posiblemente porque la tenía secuestrada.

En mis pensamientos, no me di cuenta de en qué momento llegué a la puerta del departamento de Betty. Iba a tocar, pero recordé el impulso que había tenido de invitarla a comer. LA HABÍAN INTERNADO POR NO COMER y yo la invitaba a hacerlo. Idiota. Estaba a punto de irme cuando alguien abrió la puerta.

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