Capítulo 6

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Narra Jughead

Después de regresar del horrible callejón en el que me junté con el distribuidor de drogas, regresé a la zona residencial de la escuela. Fui por una esquina para evitar ser detectado por la seguridad que, de haber sido un inexperto, me hubiera atrapado, suerte que sabía escabullirme. Unos minutos después estaba en los pasillos de las residencias de la institución y vi a una persona, estaba de espaldas, pero la reconocí como la amiga de Archie, Betty. Se encontraba discutiendo con un guardia de seguridad, que parecía la regañaba, me pregunté porque estaría aquí a estas horas, eran casi la una de la madrugada.

G (guardia): solo por esta vez y porque eres una excelente alumna.

B: Gracias -Escuché que susurró.

G: Pero si la directora se llega a enterar me despiden, así que ni una palabra de esto, ¿está claro? -Vi que asintió con la cabeza, después de eso el guardia se alejó.

J: ¿Te acuestas con el guardia? -Pregunté desde donde estaba, ella dio un brinco del susto.

B: Carajo -Exclamó en cuanto se dio cuenta que era yo. Cuando vio que la interrogaba con la mirada, habló- Claro que no me acuesto con él -Lo dijo tan bajo que casi no la escuché- ¿Qué haces fuera a esta hora? ¿Cómo no te atraparon?

J: Yo no soy amateur -Me encogí de hombros y pasé a su lado, dirigiéndome a mi departamento.

B: ¿Qué haces a esta hora? -Me siguió.

J: No te importa.

B: Te podría reportar -Amenazó mientras me seguía.

J: Pero no lo harás.

B: ¿Cómo sabes? -Me retó con una ceja alzada.

J: Porque yo diré que te acuestas con el guardia -Dicho eso, doblé hacia el pasillo que dividía la zona de hombres de la de mujeres y me perdí de su visión.

Al día siguiente.

Caminaba por los pasillos de la escuela, dirigiéndome a mi clase de historia, cuando dos chicas se atravesaron por el pasillo.

Chica 1: Así que tú eres el drogadicto -Y ahí estaba la razón por la que no quería venir. Las tres chicas tenían buenos cuerpos, guapas y posiblemente sin una pizca de cerebro.

J: ¿Qué? -Dije frío.

Chica 2: ¿Es cierto que en las pandillas matan gente?

J: Sí, personas estúpidas como ustedes.

Chica 1: ¡Cariño! -Gritó en cuanto dije eso.

Chico: ¿Si? -Un miembro del equipo de fútbol se acercó, mirándome con aires de superioridad- ¿Este las está molestando?

Chica 1: Nos dijo estúpidas.

Chico: ¿Es eso cierto, pandillero? -Se acercó intentando amenazarme, se nota mucho que no saben como funcionan las calles. Cuando no respondí, continúo- ¿Qué? ¿Te cortaron la lengua en un ritual de iniciación? -Estaba a punto de responder cuando Betty apareció a un lado mío.

B: ¿Por qué lo molestas, Tom? Ya déjalo.

Chico: Ohh, tú novia vino a salvarte. ¿qué no te enseñaron a defenderte los vagabundos?

B: Vamos Tom, solo te comportas así porque tienes la vida arreglada con el dinero de papi, no tienes una pizca de inteligencia y piensas con tu miembro corto. No sabes nada de lo que él pudo pasar, ¿por qué mejor no lo dejas en paz? Ya tienes todo lo que quieres.

T: Mira rubiecita -No pudo terminar porque la cabeza se le giró hacia un lado. No entendí que había pasado hasta que procesé las imágenes y Betty le había dado un fuerte golpe, cuando Tom se quitó la mano de la cara, vi que la tenía totalmente roja.

Esbocé una sonrisa que no pude controlar y, antes de que pudiera decir algo, Betty me arrastró fuera de ahí, donde gente ya se había reunido a observar lo que pasaba. Entramos a un salón y Cooper se sacudió la mano.

J: ¿Me dejas ver? -Señalé su mano, de seguro le había quedado marca -Interesante -Dije en cuanto me la tendió.

B: ¿Qué es interesante? -Cuestionó, confundida.

J: Le pegaste con los 3 nudillos correctos -Murmuré- Debes ponerte hielo o se te va a inflamar -Tenía marcas rojas del impacto tan fuerte.

B: Está bien, iré al departamento.

J: Te voy a acompañar, después de todo, me salvaste la vida -Dije y ella sonrió, pero al instante borro la sonrisa y salió rápidamente del salón en que habíamos entrado- Bueno, tengo que regresar a mi castillo -Bromeé, cuando ya estábamos en su departamento y tenía el hielo ¿por qué hacía bromas? Que idiota.

B: Claro -Susurró.

J: Ah, y gracias -Dije bajo el umbral de la puerta- Tu puñetazo destructor me ayudó -Aunque yo sabía defenderme correctamente, no quería meterme en problemas el segundo día de clases, aunque fue un buen gesto de parte de ella.

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