Capítulo 35

56 6 2
                                    

Narra Betty

Apenas lo veo corro hacia él, no tomo en cuenta el impulso de mi salto, pero Jughead me atrapa. Hace una leve mueca de dolor y luego recuerdo que acaba de salir del hospital.

B: Lo siento -Murmuro mientras él envuelve sus brazos en mi cintura y yo paso los míos sobre sus hombros.

J: No pasa nada -Siento su sonrisa sobre mi pelo- ¿Me extrañaste, Cooper? -Cuestiona ante mi efusiva reacción y, entonces, caigo en cuenta que fue dramática y exagerada, pero no importa, ¿Qué es la vida sin drama y exageración?

B: Claro que no -Nos separamos y entra al departamento. Las chicas no están y el vino de sorpresa, de haber sabido hubiera comido, no me gusta que me vea así.

J: Ajá -Sonríe mientras lo invito a sentarse conmigo en el sofá- ¿Vemos esa película? -Me dice con esa sonrisa que, si bien me costó ver al principio, ahora me alegra el día e incluso la semana.

B: Nada me gustaría más -Respondo con nuestra habitual manera de responder, como si estuviéramos en un libro.

Pasan dos horas y la película terminó hace una media hora, Jughead se encuentra dormido con la cabeza en mis piernas y es entonces cuando me permito contemplarlo mejor.

Veo su cabello negro en ese desorden que parece nunca haber visto un peine, pero aún así le queda bien.

Veo sus cejas que están casi siempre fruncidas, incluso ahora que duerme, pero que se le ven hermosas.

Veo sus ojos azules, ahora cerrados, que siempre juzgan o evitan a las personas, pero me he perdido miles de veces en ellos.

Veo su nariz recta, ¿Cómo puede tener una nariz tan bonita? Y, ahora que lo pienso, es la única parte de su rostro que no refleja el odio que le tiene hacia las personas.

Y, por último, veo sus labios rojizos y carnosos, siempre los describen así en los libros, pero justamente así son los de él. Esos labios que, aunque me cueste y evite admitirlo, me muero de ganas de probar. Pero, ¿Cómo saber si él siente lo mismo que yo? Es muy cerrado con todas las personas, si bien es cierto que no es tan frío conmigo que con los demás, uno nunca sabe. Además, ¿Qué pudo ver en mí? Habiendo tantas chicas que quieren estar con él, todas más altas, más bellas, más sanas, más seguras.

Save me Donde viven las historias. Descúbrelo ahora