3. no bajes

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SIN CORREGIR***********
















Salí casi corriendo al bar que dijo el chico en la llamada, no lo podía creer, era el más caro de la ciudad, cuando el taxi me dejó le pagué y Vi el lugar un segundo desde afuera, cuando entre todavía estaba solo, no seré alcohólica pero cuando ví la barra y el monto de bebidas me sentí en el paraíso, en el antiguo bar de dónde renuncie había muy poca variedad, siempre era lo mismo

Un chico con jean y camisa camisa blanca me recibió, me parecía haberlo visto antes pero no le tome importancia me extendió su mano y yo se la recibi estrechandola.

—que bueno que llegarás Lea te estábamos esperando— dijo sonríente — está es un tarjeta de empleada, te dará acceso a todos los lugares privados — asenti

¿Estábamos?

Me hizo una seña para que lo siguiera y camine detrás de el admirando el lugar, subimos una escaleras hacia lo que supongo era el área VIP o privada.

—bueno está será tu área, le servirás a todo el que tenga una tarjeta negra, no hagas preguntas, no mires a los ojos mantente a raya y sobreviviras— se sento en el mueble y me miro mientras se ponía comodo —¿Te gusta? Si piden algo de comer bajas a la cocina y dices que lo preparen, cuando no haya nadie aquí tienes tarjeta blanca, puedes practicar tragos, bajar a la otra barra para...

—no— dijo una voz fría a mis espaldas, en el momento que me voltee casi me caigo de culo ¡El rubio de la escuela! —olvida lo último que te dijo Nikolai, si no hay nadie Aquí no tienes permitido bajar, a menos que vayas en busca de algo.

—¿Y si lo que busco es no aburrirme aquí arriba?— lo rete

El elevó una ceja y apretó la mandíbula, nos retamos con la mirada un rato hasta que nego.

—no bajarás a menos que se te ordene, te tengas que ir, o necesites algo— sentenció

Rodee los ojos y fui hasta la barra, don Nikolai pidió un levanta muertos y el mister engreído un whisky, que básico era la verdad, se los serví y volví a sentarme detrás de la barra con aburrimiento, ellos hablaban entre si y yo me dedicada a arreglar las cosas a mi manera, me gusta tener todo bien organizado y estético, si la minima cosa está fuera de lugar me vuelvo loca, escuché unos tacones, y cuando eleve la mirada una chica pelirroja obviamente teñida más plástica que una Barbie estaba sentadose al lado de Alek restregandole sus tetas en el brazo, me pidió un Rose y de mala gana se lo hice, cuando estaba volviendo a mi puesto Nikolai se levantó para ir tras de mi y se sentó en la silla se la barra.

—entonces... Larsson— alzó sus cejas y rodee los ojos

—es el apellido del esposo de mi madre, dijo que lo usará de todos modos me lo van a cambiar— concluí y el asintío

—triste, llegué a pensar que era tipo porque te buscaba la SIA o eras la hija de algún mafioso, tu historia es aburrida— bufo —¿Te apetece algo de comer?

—no.— dije simple

—haces que mi corazón duela pequeña Lea— bromeó llevándose una mano al pecho

—quedate sentado hasta que me importe, y te voy avisando, te vas a quedar sin culo de tanto estar sentado— dije mientras me ponía de puntillas intentando tomar una las botellas de arriba

—¿Que pasa Bunny? ¿Tienes las patitas cortitas?— se burló la molesta voz de Alek y bufé

—¡Ven y bajamelas tu entonces imbecil!— grite furiosa

Todos abrieron los ojos como platos y bufe mientras tomaba la silla y saltaba en esta, baje todas las botellas, prefería tenerlas en el piso, estás botellas costaban más que mi vida, así que tuve mucho cuidado de no perder ninguna, cuando las tuve ya en el piso sonreí al ver gavetines vacíos, empecé a acomodarlos desde los más leves hasta los que con olerlos te emborrachan. Cuando termine todos ya se habían ido.

solo para mí Donde viven las historias. Descúbrelo ahora