Después de unas horas con los merodeadores, llegamos a casa.
— ¿Y si vamos a mi casa? - propuso James.
— ¿No queda lejos? - preguntó Remus bajando las escaleras con toallas para James.
— Se pueden quedar aquí si quieren. - hablé después de dedicarle una sonrisa a Peter cuando me pasó la taza con chocolate caliente.Como Peter me había dicho que le gustaba cocinar, le dije que era libre de cocinar lo que quisiera, que mi casa era la suya. Y bueno, la cocina era enorme, y como los elfos limpiaban, no me preocupaba nada.
— ¿Por qué tarda tanto el chucho pulgoso?. - se quejó.
— Me alegra de que pienses en los elfos, Potter, pero hay muchos baños y eres el único que queda que se tiene que duchar. - reproche.
Todos nos íbamos a duchar, pero como Peter quería hacer chocolate caliente y no se quería duchar, James se quedó sacándole conversación, según él para que Peter no se sintiera solo. El problema surge en que ahora quiere que Sirius salga de ese baño, porque los elfos acaban de limpiar los otros.
— ¿Y si me voy y no hay nadie fuerte y valiente que os pueda proteger?. - hizo como si sacará una espada de su bolsillo y se puso en posición de defensa.
— Te estás enfermando. - dije con voz cantarina, a la vez que esté estornudaba por tercera vez.
— ¿Alguien llamó al gran Sirius Black? - el susodicho apareció con unos vaqueros negros y unos zapatos del mismo color. - No miren mucho, ya se que les hago dudar de su sexualidad, pero disimulen. - fingió vergüenza tapándose el torso con las manos, mientras bajaba las escaleras.
— A la única que le haces dudar es a Mcgonagall, en si ponerte el 4.9 o el 5, pulgoso. - Remus rodó los ojos.
— Yo sé que me amas, lunático. - llegó a su lado, y le guiño un ojo.Sirius se veía muy bien… Y era tan raro que se viera así, por lo que sabía no hacía ningún tipo de deporte, aunque le gustaba ver el quidditch, fumaba y bueno, era Sirius. Supongo que perseguir palos o pelotas le ayudaba.
— Ten, Sirius. - Peter le dio una taza de chocolate.
— ¿No deberías darmelo tu? - Sirius me miró con una ceja alzada.
— ¿Por qué te lo tendría que dar yo? - pregunte lista para discutir.Que no sea machista, que no sea machista por dios.
Era mi único pensamiento en ese momento.— Bueno, eres la anfitriona. - sonrio burlonamente.
— Oh… mmm, ya pero...
— Vamos, Alex, me tienes que decir dónde está el baño. - James me agarró del brazo y me sacó de ahí después de ver que no sabía qué responderle a Sirius.
— Has estado dos horas en el baño. - escuché como a lo lejos le reprochaba Remus a Sirius.Subí las escaleras detrás de él, dejándome guiar por mi propia casa. Estaba atenta a que Axel, el tigre albino, no saliera de algún pasillo y se tirara encima de mí.
— ¿Y las toallas? - preguntó James una vez que llegamos al baño.
— Remus te las había bajado…
— Oh, mierda.
— ¿No eres muy inteligente, no Potter? - sonríe burlonamente.
— Más de lo que crees. - su sonrisa ladina me hizo dejar de sonreír.
— ¿Qué tramas?
— venganza. - me susurró en el oído sin dejar de sonreír.
— ¿Venganza por qué? - di un paso hacia atrás, dudosa.
— Por tirarme al lago. - se acercó a mí.
— ¡¿Tirarte al lago?! - volví a dar un paso hacia atrás, esta vez indignada. - Tú me habías tirado primero, Potter, aparte fue Remus…
— Pequeños detalles sin importancia. - sonrio burlonamente. - me toca cobrar mi venganza.Después de la última frase, James me agarró de la cintura y me metió a la bañera en la que casualmente había agua con pequeños trozos de hielo.
— Ni se te ocurra, Potter. - grité antes de ser arrojada.
— Que buena esa, prongs - apareció riéndose Sirius.
— Está congelada. - un grito medio ahogado salió de mi boca e intenté salir de la bañera, pero James me lo impedía. - Basta, Potter.
— Oye canuto, ¿Crees que Remus se va a enfadar si dejamos a la princesita toda la noche aquí? - soltó una carcajada.
— REMUS. - empecé a gritar una y otra vez.
— No dudo que lunático se vaya a enfadar, pero podremos vivir con la culpa.
— James, basta. - lo agarre de los brazos y sin saber de donde salió mi fuerza logré meterlo a la bañera conmigo.
— Mierda. - grito intentando salir, cosa que no pudo hacer, ya que me ubiqué encima.
— Te toca suplicar, Potter. - intente hacer como que lo ahogaba, pero en un movimiento rápido el término encima de mi.
— No subestimes mis habilidades, Foxi.Foxi ese fue el apodo que me puso James…
" — Oye, mandona. - James me agarró de la cintura y me alejó de Sirius y Remus. - ya tengo un apodo para tí…
— ¿ A si? Iluminame con tu imaginación, Potter.
— Foxi
— ¿Foxi?
— Fox (zorro) por tu forma animaga y la i porque me recordó a la i de Lexi..
— Tu imaginación es una mierda. - reí.
— Vamos, linda, yo sé que ya me amas. - me empezó a perseguir por el agua. "— ¿Esto es una broma o van a follar? - Sirius nos miró con una ceja alzada, desde la puerta, a lo que metí la cabeza en el agua por la vergüenza, pero pude escuchar la risa de James.
— Vamos, linda o la que terminará enferma eres tú. - me agarró de la cintura para sacarme del agua.Remus, después de gritarles por la broma, nos trajo más toallas.
— ¿Entonces nos quedamos aquí o vamos a mi casa? - preguntó James una vez que nos habíamos vuelto a secar.
— Quédense, hay muchas habitaciones y podemos ver alguna película. - hablé mientras bajaba las escaleras hasta llegar a la sala de estar.
— ¿Una película? - preguntó Peter, confundido.
— Traigamos tres colchones aquí, después de todo la sala es enorme. - propuso Remus.
— Podemos pasar la noche contando historias de miedo. - Sirius me sonrió burlonamente, su cerebrito de fuckboy pensaba que podría asustarme con algo de eso.
— Y Peter tiene la cocina cerca para cuando tengamos hambre. - James le despeinó el cabello al susodicho.
— ¿Te parece bien, Laura? - me preguntó Peter.
— Llámame Alex, Peter. - me senté en el sofá. - y si, sí me parece bien, con tal de que traigan los colchones…
— Gran plan. - Remus también se sentó en el sofá. - Venga chicos, vayan a enseñar que tan fuertes son.
— Eso. - Peter también se sentó esperando a que Sirius y James trajeran los colchones.
— ¿Qué piensas, canuto?
— Que son unos vagos de mierda, ¿Tu, prongs?. - sonrío.
— Opino lo mismo…Después de parar una de las bromas de Sirius y James, terminamos trayendo los colchones entre todos.
— ¿Quién empieza con la historia? - preguntó Remus, después de que Sirius apagará la luz.
— A mi me da igual. - me senté al lado de Remus, quién estaba al lado de Peter.
— ¿Al final Sirius había tardado tanto por estar poniendo hielos en la bañera? - pregunté de la nada Peter.
— Tenía que dejar que algunos hielos se derritieran para que el agua estuviera más frío.
— Bueno, pero ¿Quién empieza con la historia? - volvió a preguntar Remus, restándole importancia a lo último que había dicho Sirius.
— Empezó yo. - James se sentó a mi lado y Sirius al lado de este haciendo que todos estuviéramos en un círculo.
— No vayas a causarnos pesadillas, Jamie. - sonreí burlonamente, mientras me tapaba con una manta.
— No te preocupes, puedo venir todas las noches a arroparte si tienes miedo. - me sonrío de la misma manera.
— Mejor empiezo yo. - Sirius empezó a contar su historia, al ver que James y yo no dejábamos de hablar.______________________________
Una pereza subir cap AJAJAJAJ.
¿Qué piensan de James y Lexi?
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No sigas mis pasos. - Merodeadores (+18)
Hayran Kurgu¿Una merodeadora más? . . . Una profecía, 4 merodeadores, una infiltrada y mil mentiras fueron la perdición de todo Hogwarts. Laura Alexandra Morgan dejó de ser una niña. Se metió en un mundo diferente, un mundo del cual solo podría salir de una m...