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Advertencia: Capítulo con contenido explícito.
Cuando Hyunjin había pedido a Seungmin salir del gran salón con él, esperaba volver a su habitación para atender el problema que Hyunjin impensadamente había provocado en Seungmin.
No. Seungmin había pedido la cena y una película, y parecía que Hyunjin iba a cumplir la oferta, independientemente de la frustración sexual que claramente estaba aumentando.
A pesar de eso y de su leve irritación sobre el asunto, no podía dejar de estar medio impresionado de que el castillo donde vivía ahora tenía su propia sala de cine.
No era del tamaño de una sala de cine normal en la ciudad ni nada, pero seguía siendo bastante grande.
Parecía que podría acomodar a unas cincuenta personas, quizás más, y había una máquina de palomitas de maíz cerca de la entrada del cine, junto con una fuente de sodas y tazas e incluso los contenedores de rayas rojo y blanco para mantener las palomitas de maíz dentro.
No había nadie más en el cine, y a pesar de que él había comido hace sólo unos pocos segundos, la visión de la máquina de palomitas le había dado antojo de estas.
Hyunjin cerró la puerta y luego caminó detrás de él.
―¿Quieres?
Seungmin asintió con la cabeza.
―He olido palomitas de maíz antes, pero nunca las he comido.
Los ojos de Hyunjin se suavizaron.
―¿No lo has hecho?
Seungmin sacudió la cabeza.
―No. Los Alfas usaron esas bolsas para microondas a veces, pero no podía tener ninguna. ¿Cuál es el problema?
Hyunjin miró lejos de él.
―Nada. Voy a poner algunas semillas en la máquina. Ese material es diez veces mejor que cualquier cosa que consigues en una bolsa, confía en mí.
Seungmin confiaba en él en todo, y estaba mirando atentamente mientras Hyunjin se trasladaba al otro lado del mostrador para conseguir los suministros. Hubo incluso una pequeña mini nevera allí atrás, y él agarró mantequilla, así como con una cucharada de las semillas. Todo fue a una cosa de metal en la parte superior de la máquina, dentro del vidrio.
Él recogió las semillas, una gran bola redonda de mantequilla y dejó todo caer dentro y entonces él cerró la puerta de vidrio y encendió la máquina.
―Tomará un par de minutos. Debes tomar un refresco. No sería una película sin eso.
Eso era verdad, así que Seungmin fue a la fuente, aunque con toda honestidad, estaba ansioso de volver ya que quería ver estallar las palomitas de maíz.
El preguntó qué clase de bebida le gustaría a Hyunjin de la fuente, entonces quedó sorprendido cuando pidió un refresco de naranja.
Había pensado que Hyunjin era más un chico de Coca Cola.
