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Kim Seungmin sonrió para sí mismo mientras corría por los pasillos del castillo de Krystal. Consiguió algunas miradas de desaprobación de los dragones que estaban tratando de hacer sus quehaceres, pero él los ignoró.
Había conseguido que fuera más fácil ignorar las miradas de odio que eran dirigidas a él a veces como uno de los pocos hombres lobo viviendo con los dragones. Tenían que aguantarlo a él ahora que su Gran Dragón había tomado a Jisung, otro Omega, como compañero.
A pesar del hecho de que el plan original era venir aquí y traicionar a los dragones; pero fue sólo porque el viejo Alfa de Seungmin, Jaehyun, había intentado engañarlos a él y los otros Omegas para que pensaran que solo venían hasta la montaña para ser forzados a aparearse con personas que no les agradaban, convertidos en esclavos sexuales y todo eso.
El estúpido mentiroso sólo había tratado de asustarlos para hacer algo horrible, y eran todos unos suertudos por estar vivos, teniendo en cuenta lo que podrían haber sido las consecuencias de sus acciones.
Seungmin trató de no pensar en eso en este momento.
Solamente hay un lugar al que quiero ir.
Hyunjin estaba terminado su turno, y Seungmin quería pasar el rato con el hombre. No había podido hacerlo el día anterior porque Hyunjin había estado haciendo un doble turno después de que uno de los otros guerreros, Jeno, se había ido para encontrar a Haechan, un Omega que huyó.
Por suerte, Hyunjin sólo tenía un turno hoy y terminaba ahora, así que Seungmin podría estar con él.
Estaba convencido de que el dragón era su compañero, pero estaba bastante seguro de que el Guerrero no estaba enterado de ese pequeño hecho. Seungmin había estado tratando de decírselo, pero no le importaba ir lento, teniendo en cuenta que Hyunjin parecía tan reservado casi la mitad del tiempo.
Él no se dio cuenta de que algo estaba mal hasta que resbaló al detenerse frente a la puerta de Hyunjin.
Estaba cerrada.
La pesada puerta de madera estaba siempre abierta una grieta cada vez que el hombre estaba de vuelta de un turno, y le gustaba invitar a Seungmin a entrar cada vez cuando él lo veía.
Una puerta cerrada significaba que Hyunjin estaba durmiendo, o en la ducha o incluso no estaba.
El hecho de que Mark, el Gran Dragón, estuviera fuera de la puerta, como si esperara algo, hizo que las alarmas empezaran a sonar más alto en la cabeza de Seungmin.
Mark era un hombre grande, alto y fuerte, como eran todos los guerreros. La diferencia era que Mark se imponía sobre todos. Sin embargo, la manera en que fruncía el ceño y su boca, y mientras él pasaba sus manos sobre su cabello y luego se paseaba con los hombros curvados, hizo a Seungmin tragar un pesado bulto en su garganta. Un bulto dolorosamente pesado.
