3 - ¿Qué tan malo puede ser?

440 65 165
                                    

Con las maletas en el auto, la rubia comenzó a conducir camino a Connecticut, donde vivían sus padres y donde ella había vivido la mayor parte de su vida, hasta que durante su etapa de preparatoria, había preferido mudarse a Nueva York en una de las preparatorias incorporadas a la universidad en la que ella quería estudiar, y dado que sus padres tenían los medios y facilidad de viajar un par de horas para ir a verla varios días a la semana y confiaban lo suficiente en su hija, no había tenido problema en quedarse en el campus desde entonces, hasta que se graduó y comenzó su vida independiente.

Llevaban ya un rato cantando algunas canciones que Piper se había encargado meticulosamente de elegir para el agrado de Alex, y así distraerla mientras cantaban para no hacer tenso el camino en el auto, después de todo eran un par de horas de viaje hasta la casa de sus padres y no podría soportar que los ánimos se caldearan desde el inicio de su recorrido, así que fingió disfrutar demasiado de la música que le gustaba a su novia y moviendo la cabeza al ritmo de las guitarras estridentes, entonaron algunas canciones de bandas como The Rolling Stones, Black Sabbath, AC/DC, The Doors y un montón más que ni siquiera conocía.

Habían recorrido al menos ya una hora de camino y las cosas iban bastante bien. Alex incluso parecía muy relajada, cosa que le causaba extrañeza a su novia, puesto que había escuchado a la pelinegra decir lo nerviosa que estaba de conocer a sus padres y al resto de su familia que estuviera presente. No quería darles mala impresión, si no todo lo contrario, y aunque Piper le había aclarado que no importaba si la aprobaban o no, para Alex era muy importante el que todos la vieran con buenos ojos y aceptaran su compromiso con una de ellos, una Chapman.

— ¡Cielos! — dijo Alex de pronto rompiendo el silencio que se había formado entre ambas y bajando un poco el volumen del estéreo — No puedo creer que vaya a conocerlos a todos, ¿sabes? No he tenido una navidad en familia en al menos diez años. — expresó con emoción mientras que Piper jugaba nerviosamente con su cabello sin quitar la vista de la carretera mientras conducía — Además, algo que no sabes de mí, es que soy genial hablando con los padres.

— Okay... — Piper habló con agitación — Hay algo de lo que tenemos que hablar antes de llegar a casa de mis padres... — la miró por un instante y luego volvió sus ojos a la carretera intentando explicar con tranquilidad — ¿Recuerdas este verano cuando yo salí del clóset con mis padres y les dije que estábamos juntas y que se lo tomaron muy bien?

— Sí... — asintió la pelinegra sin perder detalle del rostro evidentemente preocupado de su novia.

— Okay, bueno... Eso no fue del todo acertado... — pasó saliva.

— ¿No se lo tomaron bien? — quiso saber Alex provocando que la rubia volviera su rostro hacia ella por un instante.

— N-no... No, no es eso, es que... — Piper titubeó y soltó un suspiro. Era momento de decir la verdad — Yo..  En realidad no se los dije.

— Detén el auto... — susurró Alex evitando hablar en voz muy alta y bajando la mirada, así que a penas encontró un sitio donde poder parar, Piper estacionó a un costado de la carretera.

— Yo iba a decírselos, te juro que iba a hacerlo... — trató de explicar Piper con rapidez mientras la mirada de Alex se enfocaba hacia afuera por la ventanilla, evitando a toda costa mirar a la rubia que tartamudeaba — Pero después papá se postularía para ser alcalde y sentí que no era el momento adecuado, y ahora él intenta obtener el apoyo de un donante y toda nuestra navidad se centra en impresionar a esa persona... Eso estresa a mamá más de lo usual, y es que, — tragó saliva apretando los ojos — yo sé que si les digo ahora su reacción va a verse afectada por todo ese otro estrés y no quiero que te traten mal... ¡Dios! ¡Lo siento! — abrió los ojos golpeando de pronto el volante — Simplemente no creo que sea justo para ti o para nosotras.

FELIZ NOVEDADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora