13 - No quiero perderte

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Alex caminó con prisa hacia su excéntrica mejor amiga que aguardaba quitándose los guantes frente a todos los invitados de la familia Chapman sin importarle un poco el haber llamado por completo la atención con sus gritos desmedidos a mitad del recibidor.
Notó que por primera vez en la noche, Piper la estaba mirando con curiosidad, como si no conociera a Nicky, aunque seguramente la rubia estaba pensando que Alex la había invitado sin avisar o algo así, pero en esos momentos eso era lo que menos importaba.

— ¿Qué rayos estás haciendo aquí? — le susurró Alex demasiado fuerte.

— ¿Cuándo mierda vas a entender esto? — dijo Nicky en un intento de susurro también — Yo sé rastrear los celulares de la gente.

Y antes de que cualquiera de las dos pudiera agregar una cosa más, la señora Chapman caminó con propiedad digna de la reina por todo el recibidor hasta carraspear aclarándose la garganta frente a las dos mujeres que ahora la miraban como si fueran un par de niñas a punto de ser regañadas y mandadas a su habitación.
Alex pasó saliva, porque sabía bien la forma descontrolada en que la mujer había reaccionado cuando su esposo le informó que habría un par de invitados más en la lista sin que fueran previamente elegidos o anunciados antes, así que era obvio que no le caía en gracia el hecho de que una persona más se estuviera uniendo a esa fiesta, aunque claramente esa no era la intención de Nicky.

— Hola. — saludó la mujer mayor con bastante seriedad.

— ¡Hola! — Nicky le sonrió mirándola de pies a cabeza mientras Alex la miraba con desaprobación.

— Soy Carol y esta es mi casa. — hizo saber la señora Chapman. — ¿Quién eres tú?

— Bueno, señora, yo soy la... — miró a Alex que de inmediato la fulminó con la mirada deseando que su mejor amiga no metiera la pata — Soy la hermana del ex novio heterosexual de Alex... — dijo de pronto sonando como un trabalenguas — Sí, eso es, soy su cuñada. Soy Nicky y he venido a llevarla de vuelta a casa. — le extendió su mano a la madre de Piper en forma de saludo.

— Oh, — asintió Carol — ya veo. Habría estado bien saber que estarías aquí, — miró a Alex con desaprobación como culpándola por la presencia inesperada de Nicky — pero ya que estás aquí, espero que disfrutes de la fiesta.

— Muchas gracias. — asintió Nicky.

Carol se alejó con los ojos fijos en Alex todo lo que pudo. 
Era evidente que se sentía molesta con ella por haber traído a alguien más a la fiesta, aunque en realidad la pelinegra estaba tan sorprendida como ella misma al ver a su mejor amiga ahí vociferando en busca de ella, puesto que también le habría al menos gustado un mensaje de aviso diciéndole que estaba ahí, pero luego de que Nicky ni siquiera la hubiera aconsejado o al menos regañado por lo que le había contado sobre todo lo que le estaba sucediendo en esos días, la pelinegra ya ni siquiera guardaba esperanzas de recibir al menos una llamada de ella, y sin embargo, ahí estaba.

— Okay, estuve increíble, — se elogió Nicky a sí misma — y esa mujer es preciosa, como Piper. No me importaría averiguar si puedo hacerla cojear en mi banqueta por una noche al menos.

— Deja de joder y dime, ¿Qué mierda haces aquí? — insistió Alex en voz baja.

— Esa llamada que me hiciste fue un grito de ayuda, así que vine a rescatarte. — aclaró — Así que trae tus cosas para irnos.

Alex intentó buscar una sola razón para permanecer ahí, pero al girar su rostro hacia donde se encontraba su novia, solamente vio a una chica rubia que ya ni siquiera conocía, tonteando y acariciando el brazo de ese pelmazo que estaba demasiado cerca de ella, lo que por supuesto, terminó de romperle el corazón.
Así fue como se armó de valor y decidió elegirse a ella misma antes que a cualquier otra persona, incluida Piper a quien tanto amaba, pero ya no podía soportar más de toda esa invisibilidad y los jugueteos constantes que estaba teniendo con Larry, ella no podía ni quería seguir en esa misma situación.

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