Pequeño Levi.

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Las vacaciones de invierno comenzaron y para la mala suerte de Levi, eso significaba no poder ver más a su gran amigo, Erwin.
Para la edad que tenían, sus sentimientos por el eran bastante confusos, que cada que le preguntaba a su mamá está solamente reía y le decía que era muy pequeño como para saberlo realmente, pero era un amor especial.
Admitía que esa respuesta no le satisfacía, pero no quería preguntar más.

Su pequeño amigo era como un sol en sus días, una linda estrella que debía proteger para que su brillo no se extinga. Una bella hoja de otoño dorada que caía con suma delicadeza a su palma, un lindo rayo de luz.
Era tan inteligente que le admiraba, pero tan despistado que llegaba a hacerlo reír.
Cuando alguna niña que le acercaba mucho, sin intenciones de amistad se molestaba y dejaba de hablarle algunos días a Erwin. Le dolía el corazón ver cómo se portaba tan lindo con esa niña, que deseaba en ocasiones ser ellas.
Pues Erwin era amable y lindo en todos los sentidos, pero con las señoritas era mucho más delicado.

Le molestaba cada que se burlaban de sus grandes cejas y esto lo hacía llorar, mientras el golpeaba a esos niños malos por eso, metiendo se en problemas.
Pero era por un amigo.
Uno muy valioso.
— Escuché que Levi te pregunto otra vez que significaba el sentirse así por el mocoso ese.
— Sí, y me parece muy tierno eso pero...
— Yo creo que deberías decirle la verdad Kuchel, ya no es tan pequeño como para no saberlo.
— Lo sé, tal vez ya sea el momento.

El pequeño que había escuchado todo en la sala, decidió salir y preguntar una vez más por sus confusos sentimientos.
— Mamá, ¿Por qué me siento así?.
— Mi Levi, sé que eres pequeño y aunque sé que tal vez no lo comprendas muy bien. Te diré la verdadera respuesta.—dijo su mamá— Cuando tus intensas ganas de proteger a una persona, y sentirse muy bien con ella empiezan, las mariposas surgen.
— ¿Mariposas?.
— Sí, mariposas. Miles de mariposas revoloteando en tu estómago, y enojos al ver que está con alguien más acompañado de tristeza.
—... Pero, ¿Qué es?.
— Es, cuando evidentemente esa persona te está gustando demasiado, al grado de. Ya enamórate de ella...
— Entonces... ¿Me estoy enamorando de Erwin, mamá? ¡El es mi mejor amigo...! Yo...
— Lo sé cariño, pero el corazón no puede negar ese hecho. Además tú amigo, parece tener esas mismas correspondencias.
— No lo creo mamá, él no es tan delicado conmigo como con las niñas...
— Tal vez, tiene miedo a no ser correspondido como tú, y sigue tratando te como un gran amigo.

...

— Levi yo... ¡Tú me gustas mucho!.
El silencio apareció junto al impacto por escuchar aquello de su gran amor.
— Entiendo si no correspondes, entiendo si quieres dejar de ser mi amigo pero mi corazón no puede negarlo por más tiempo...
— Yo... Tú también me gustas mucho, Erwin y yo pensé que no era el correspondido...
Sus mejillas sonrojadas fueron tomadas por el contrario que era más alto que el apresar de ser muy pequeños. Este le dió un tierno besito en la frente.
— ¡Prometí hacerte feliz, hasta que podamos casarnos!.
...

Habían pasado ocho años de ese suceso y actualmente Erwin y Levi seguían juntos desde ese suceso, teniendo ya 15 años como novios oficialmente y eran tan felices al recordar sus yo de niños.
— ¿Recuerdas cuándo te me declaraste un atardecer como este con esos horribles chocolates amargos que me gustaban?.
— Jaja, claro que lo recuerdo, te habías sonrojado tanto que me pareció los más tierno. Eres tan tierno, Levi Ackerman— dijo mirándolo a los ojos.
— Y tu un jodido cursi.
Se besaron uno momento para luego abrazarse mientras miraban el bello atardecer de ese día, recostados en el verde pasto.








¡Hola! Muchas gracias por las vistas que le están dando y los votos, me hace muy feliz que me lean. En serio gracias.
Sin nada más que decir, nos vemos en el siguiente capítulo 💖✨.

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