intimidante (1)

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Era una nueva mañana en la ciudad, los pájaros cantaban, no había una sola nube en el cielo y hacía un agradable calor que obligaba a todos los residentes a salir de sus camas para comenzar sus días.

En una casa en particular las mañanas eran las mismas, el aroma del hogar era invadido por el característico de la mantequilla caliente y masa dulce de panqueques, los frutos en la jarra fueron depositados cuidadosamente en la mesa de la cocina, el padre ayudaba a su amada esposa con lo que necesitara para terminar el desayuno.

El hijo más dulce de la casa, un oso verde que estaba vestido con un saco verde oscuro, pantalones negros y zapatos plomos se levantó con una mirada feliz en su rostro y saltó de la cama vistiéndose y saliendo de su habitación en dirección a la cocina donde era fuertemente atraído por el aroma de los panqueques, al llegar saludó a sus padres y tomó asiento.

Su padre estaba leyendo el periódico, en la parte trasera había una noticia particularmente desagradable, un cadáver desfigurado al punto de parecer una masa de carne, hueso y pelaje se presentaba en todo su esplendor y a todo color, la noticia decía "cadáver fue encontrado a las afueras de happy tree town en la zona cero, aún no se identifica a la persona o la especie, aparentemente lleva varios días muerto"
Estas noticias le causaban escalofríos no solo porque las imágenes eran grotescas (gracias a la normalidad que era morir en la ciudad) sino también porque los sádicos se llevaban a las personas ahí.

Gracias a que la ciudad estaba maldita por el totem los sicarios debieron encontrar un lugar donde la muerte era permanente, de ahí que apareció la zona cero, un lugar excepcional donde la maldición era nula.

La verdad no entendía la necesidad de ver malas noticias, ya había mucho de eso en su diario vivir, ayer había sido bañado en la sangre de mime porque se cayó de la ventana de la escuela mientras estaba con flaky, ni mencionar todas las heridas que se ganó por el susto de la chica, tardó horas en quitar todas las puas de su cuerpo.

La primera en hablar fue su madre, una osa de un verde más claro de la misma especie al igual que el padre- hijo ¿podrías decirle a tu hermano que venga a desayunar?-

Flippy se tensó ante la sola idea de tener que bajar al sótano, su gemelo había insistido que quería un lugar privado para el y no pensó en un mejor lugar que un aterrador sótano, esto sin mencionar que ir ahí era muy parecido a entrar a la cueva de un ermitaño con rabia, su hermano odiaba que fueran a lo que el llamaba cariñosamente "territorio"

Se levantó de la mesa con desgano y comenzó a caminar a paso firme.

Uno pensaría que la extrema violencia de su gemelo se debía a la edad, después de todo solo tenían 17 años y tenían los nervios a flor de piel, otros inclusive habían deducido que había maltrato en su hogar (recordaba aquella vez que fueron llamados por la escuela e iniciaron una investigación para averiguar si había abuso infantil o maltrato) pero entonces las cosas quedaron más claras, el era cruel por naturaleza, había comenzado a pensar que era posible que uno naciera malvado.

De hecho si pudiera contar todas las maldades que hizo desde que eran niños podría concluir que quizá el chico era algo así como el anticristo, recuerda perfectamente una ocasión en la que estaban en casa de sus primos por las vacaciones cuando apenas tenían 10 años, uno de ellos no dejaba de molestarlo y como consecuencia le arrancó parte de la oreja, tuvieron que hacerle 6 puntos ese día, o como aquella vez en la escuela que uno de los chicos nuevos pensó que era buena idea ir e intentar intimidarlo, eso terminó con 3 costillas rotas, la nariz partida y una fractura expuesta en el brazo izquierdo, todas estas atrocidades sin mencionar los asesinatos que había cometido por puro aburrimiento, hasta ahora no entendía como no habían expulsado a fliqpy o peor aún meterlo a un psiquiátrico.

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