más caliente que el fuego (3-1)

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(2 semanas atras):

Un día más o uno menos no era gran diferencia, despertar en la casa de sus tíos a sabiendas de lo poco bienvenido que era para ellos solo reforzaba la creciente molestia en sus entrañas, levantarse e ir a la cocina a sabiendas que su prima mayor lo miraría de forma extraña o que su ocupado tío ni siquiera le regalaría una mirada de cariño ya era una cruel costumbre diaria.

Con total desgano se levantó de la cama y miró el celular colocado en la mesa de noche, siendo segado momentáneamente por el brillo que emitía tuvo que esperar a que sus ojos se adapten, vio el último mensaje de sniffles básicamente intentando calmarlo, el día anterior habían hablado hasta tarde porque estaba terriblemente nervioso ya que la abogada de su padre que ahora se encontraba en arresto domiciliario le dijo que tenía que ir a visitarlo como mínimo una vez al año, obviamente su tía se había negado pero la mujer tenía toda la fuerza de la ley de su lado (además de que estaba seguro que era amante de su padre y por eso la convenció).

Nada le resultaba más incomodo que tener que ir a ver al viejo decrépito causante de todos sus males, un ser podrido y enfermo que no merecía nada más que una buena bala en la frente, ni siquiera sabía como era posible que estuviera con arresto domiciliario después de lo que hizo ¿realmente cree que querría verlo?

Se levantó de mala gana de la cama restregándose los ojos con la palma de la mano.
Tomó la ropa sucia del piso y se vistió importándole muy poco el olor que desprendía, muy parecido al de la combinación del sudor y el caramelo, solo se pondría perfume y desaparecería.

Había una paleta pegada en su pantalón azul oscuro así que la despegó de mala gana y comenzó a comérsela, se puso una manga corta verde, medias sucias y sus zapatos deportivos negros, su cola estaba hecha un desastre con dulces pegados y pelos duros por el caramelo.

Al llegar a la cocina no se molestó en saludar a nadie, solo tomó una tostada francesa y tomó sus cosas para irse, hoy no asistiría a la escuela, su padre había sido muy insistente de que vaya lo antes posible, solo esperaba que esta desagradable reunión sea lo más rápida posible.
Su tía una ardilla color azul verdoso con una linea verde claro en la cola lo detuvo- hey espera un segundo ¿no vas a darte una dicha mínimamente?- nutty suspiró irritado sin darse la vuelta, su mano ya estaba en la perilla.

Nutty- no veo la necesidad, no es como si ese viejo infeliz mereciera algo de cortesía mía- su tía lo miró con desaprobación- no es por cortesía a el sino a ti mismo, hueles como a una pelea de zorrillos en una dulcería- para enfatizar su punto hizo una mueca de disgusto.
Su prima gritó desde la cocina, una ardilla con una línea en la cabeza del mismo tono que el cuerpo de su madre y cuerpo de un tono morado claro gritó desde la cocina- es porque nunca le enseñaron modales- esto molestó inmensamente a nutty y sin decir nada más salió de la casa de un portazo.

Comenzó a caminar molesto por la calle, odiaba a su padre y odiaba estar en su casa, quizá la única persona que demostraba algo de empatía era su tía seguramente por lástima, después de todo quien no se sentiría así teniendo a un chico tan poco productivo como el en casa.

Para su consternación la casa de su padre estaba a unas 12 cuadras, ya comenzaba a sentir la presión en el pecho.

Al llegar a la puerta dudo si tocarla o no, podría irse a la escuela y pasar el día comiendo dulces y molestando a sniffles, pero también sabía que si no lo hacía el problema sería mayor a la solución.
Soltó un profundo suspiro y tocó el timbre esperando un par de segundos, escuchó unas pisadas y cuando abrieron la puerta la abogada de su padre le dio la bienvenida, era una lémur morada con la cola anillada que variaba entre morado oscuro y rosado claro.
Bea- hola nutty es bueno verte después de tanto tiempo, tu papá estuvo esperándote- se hizo a un lado para que pudiera pasar cosa que hizo de mala gana sin molestarse en saludarla- esta en la sala, prepararé algo de té y voy- sin más desapareció por la cornisa de la puerta de madera de la cocina a la izquierda del pasillo dejándolo solo.

Lo Hago Por AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora