Tras la muerte de alguien importante y los recuerdos de su pasado, Jessica Campbell vuelve a la escuela más prestigiosa con dos objetivos:
1. Encontrar y acabar al asesino.
2. Destruir al príncipe que gobierna los pasillos de la prestigiosa instituc...
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Jessica VII
El Brunch anual era algo que siempre esperaban a inicios de año escolar. La gente iba con sus mejores trajes de día y sonreía ante las autoridades escolares. Era una actividad en donde los fondos ayudaban a una institución seleccionada por la organizadora de cada año; Ember era la de este y era consciente de que se había esforzado mucho.
¿Y si me tiro por una ventana? Así estaré muerta y no tendría que ir.
Observo por la ventana y me quejo al ver como el cielo ha tornado gris, pero no ha comenzado a llover.
Mis tíos habían llegado ayer en la mañana y me pasaron a buscar a casa de Eloise. Fui al centro de belleza y decidí teñirme el cabello y arreglar mis uñas.
Fue divertido.
Amaba sentarme y dejar que peinaran mi cabello, dieran masajes y arreglaran las uñas mientras yo simplemente cerraba los ojos y dejaba que el sueño me llevara por un tiempo.
Ahora mi cabello estaba un poco más oscuro y me hacía ver bien.
Analicé mi ropa lentamente y sonreí ante como me veía en este momento. Mi vestido con cuadros pequeños de colores grises y blancos quedaba perfecto. Tomo un pequeño top con rasgones y lo coloco arriba haciendo que se adapte más a mi estilo. Me pongo unos collares plateados con diferentes dijes y unos anillos y un brazalete. Unas botas color negro adornaban mis piernas y me hacían lucir un poco más alta de lo que ya era; mi bolsa del mismo color, pero con detalles blancos. Mi cabello ahora seco se veía bien y sujeté un poco de la parte frontal con una liga y dejé dos mechones sueltos.
Me veo bien.
Busco algo para llevar por su hace frío y la bomber jacket negra con parches variados aparece en mi closet y la tomo.
Empiezo a bajar por las escaleras hasta encontrar a mis tíos perfectamente vestidos y me acerco a ellos
— ¿Qué tal si vamos a una pizzería y no a ese lugar? —trato de convencerlos por última vez.
—Ya hemos comprado las entradas, no podemos faltar.
Ruedo los ojos y los tres salimos de la casa y entramos en el auto de mi tío.
Me coloco en la ventana y empiezo a ver a través de ella. Los arboles del lugar y las casas me hacen sonreír. El aire fresco y el olor a pan recién salido del horno de una panadería por la que hemos pasado me hace querer pararme y comprar miles de ellos.
En minutos llegamos a la escuela y mi tía y yo salimos del auto mientras mi tío empieza a estacionarse o buscar a alguien del personal para que lo haga.
Adiós paz, hola aburrimiento.
Me quedo en una esquina y veo como Madelyn camina de manera rápida como si estuviese molesta.
