- Completamente inmóvil, Ni-Ki contemplaba al hombre frente a él.
Sonreía como si no tuviera miedo, como si su interior no se estuviera sacudiendo por el terror, mientras observaba el guapo rostro del hombre que estaba examinando su cara con una expresión de alegría y dicha.
-Eres tan precioso, ¿no, muñequito? -preguntó en voz baja el hombre.
Ni-Ki no respondió, mantuvo su sonrisa a pesar de que quisiera llorar.
Pero no podía llorar, sabía muy bien las consecuencias de hacerlo.
Los dedos ásperos tocaron su piel suave y tomó todo su autocontrol no estremecerse ante la sensación, dejando que el hombre lo empujara de espaldas sobre la cama.
-Tengo una muñeca vestida de azul...
Ni-Ki fingió no escucharlo mientras las manos callosas se deslizaban por su ropa, fijando sus ojos en el candelabro colgante.
-Zapatitos blancos, delantal de tul...
Fingiendo no oírlo, no escucharlo, no comprenderlo.
Porque Ni-Ki era sólo un pequeño muñequito de porcelana.
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Esto es una adaptación,
por ende todo lo escrito aquí NO me pertenece, créditos correspondientes a; Hobibuba
Advertencia; Violencia, lenguaje vulgar, bullying, temas fuertes, detalles importantes a los que prestar atención. Si eres sensible no te recomiendo que leas esta historia.