06.

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- Ni-Ki quería golpear a SungHoon.

Quería ponerse frente a él, mirarlo a los ojos, ser capaz de enfrentarlo y poder decirle que no era necesario que le mintiera, que podía ser sincero con él, porque Ni-Ki no le creía nada de toda esa fachada de estudiante, novio, amigo e hijo perfecto que le vendía a todo el mundo.

Ni-Ki quería ser capaz de decirle que podía confiar en él a pesar de que SungHoon lo odiara.

―Bueno, ¿por qué estás enojado, Riki?

Levantó la vista cuando en la habitación entró su psicólogo, Jake, sonriéndole ampliamente, y trató de relajar su expresión seria y enojada.

Jake se sentó en el puf frente a él.

Estás enojado, ¿qué pasó? ―preguntó Jake hablando en voz alta pero usando el lenguaje de señas también.

Ni-Ki agarró el lápiz de color amarillo sobre la mesa, comenzando a apuñalar las pobres hojas que Jake solía tenderle para que dibujara o escribiera.

Ki, Ki, ¿qué haces? ―insistió Jake―. ¿Qué hemos hablado acerca de tus emociones? Las hojas no te han hecho nada.

Lo ignoró y Jake suspiró, tomándolo de las manos para detenerlo. Ni-Ki forcejeó, enfurecido, para luego abrir su boca.

― ¡Mordidas no, Riki! ―regañó Jake.

Ni-Ki soltó un ruido extraño, entre un bufido y un gruñido.

Jake logró que soltara el lápiz y las hojas, mirando el papel blanco arruinado.

Odio que se vean blancas y perfectas ―expresó Ni-Ki―. Me gusta que estén sucias, que se vean feas, como yo.

Jake frunció los labios, pensativo, negando con la cabeza.

No estás sucio, Ni-Ki ―dijo JaeYoon  con calma, como si el arrebato de Ni-Ki no hubiera llamado su atención―. ¿Has tenido pesadillas?

Ni-Ki hizo el amago de agarrar nuevas hojas, pero Jake le miró con advertencia.

¡Lo odio! ¡Lo odio! ―soltó Ni-Ki amurrado―. ¡Es... es un idiota!

Ni-Ki, no estoy comprendiendo nada ―contestó Jake.

― ¡SungHoon!

― ¿Es un nuevo amigo?

― ¡Es un grano en el culo!

― ¡Ni-Ki!

― ¡Me mira como... como si yo fuera tonto, y trato de ser agradable con él, pero es falso, es un hipócrita, es un cínico, y eso me enferma! ¡Odio a la gente mentirosa! ― Riki soltó un resoplido―. ¡Me odia, ¿cree que no lo sé?! ¡Pero se porta bien conmigo porque es un tonto lameculos que tiene que ser bueno con todo el mundo! ¡No quiero que sea bueno conmigo! ¡Quiero que me odie y me lo demuestre!

Jake no dijo nada por varios segundos con expresión sorprendida y algo divertida por lo que le estaba diciendo Ni-Ki para luego sacudir la cabeza.

Creo que debes ser el primer paciente que me dice que quiere ser odiado ―comentó como si nada, anotando algo en sus hojas―. Nini, ¿quieres comenzar desde el principio?

Ni-Ki soltó un nuevo bufido, rodando los ojos para luego hacer una mueca cuando Jake le pegó en la frente con su lápiz, llamando su atención. El psicólogo le miró con insistencia, y Ni-Ki no pudo evitar recordar esos primeros días de años atrás, cuando estaba comenzando a ir y odiaba a Jake porque Jake era un adulto desconocido además de que le hacía preguntas tontas, sin sentido que no podía comprender y solía morderlo si perdía el control de sus propias emociones.

𓏲  𝗠𝘂𝗻̃𝗲𝗾𝘂𝗶𝘁𝗼 𝗱𝗲 𝗽𝗼𝗿𝗰𝗲𝗹𝗮𝗻𝗮 ! #𝗦𝘂𝗻𝗴𝗞𝗶 ﹆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora