Tenía 6 años cuando todo empezó, siempre tuve esa sensación de que alguien me observaba, todo comenzó cuando fuimos a conocer la nueva casa de mi tío Lucas, se acababa de mudar a un nueva casa en Orange, la casa era muy bonita y grande, mi tío vivirá solo y para él era un orgullo haberla comprado, recuerdo que corrí por toda la casa, quería conocer el lugar, entré a una habitación que me pareció muy bonita, aún no habían muebles y estaba vacía, al entrar sentí que algo me observaba, miré a todas partes y no había nada.-¡Ben! ¿Dónde estás? Vamos a comer hijo, gritó papá y corrí al comedor, habían ordenado pizza puesto que aún mi tío no tenía arreglada la cocina.
Papá, mamá y mi tío hablaban y hablaban, yo disfrutaba de mi pizza cuando sentí de nuevo aquella mirada, miré hacía la sala y no había nadie, ignore el asunto y seguí devorando mi trozo de pizza con jamón.
Pasamos ahí la noche, nos quedamos en una de las habitaciones que mi tío había dispuesto para ser un cuarto de huéspedes, sólo tenía la cama no habían muebles ni nada por el estilo, dormí con un poco de miedo porqué sentía que algo me observaba, abracé a mamá y sus brazos protectores me calmaron por completo.
Nos fuimos al día siguiente y antes de irnos volví a sentir esa presencia que me miraba, me sentía incómodo y me fui al auto, mis padres se despidieron de mi tío y le dijeron que lo visitarían pronto, sobre todo papá ya que mi tío Lucas es su hermano.
Regresamos a casa y me sentí más tranquilo, pero tenía la sensación de que algo no estaba bien, de que esa presencia se había venido con nosotros...
Pasaron 4 largos años, jamás en esos 4 años volví a sentir algo parecido, íbamos casi siempre a la casa de mi tío pero nunca sentí nada extraño, así que aquél asunto se había quedado en el olvido, aunque nunca entraba a esa habitación, tenía miedo de entrar y sentir nuevamente esa mirada, mi tío la había convertido en su despacho y jamás dijo haber sentido nada extraño ni ahí ni en toda la casa.
Ese día que visité a mi tío, estábamos haciendo una barbacoa, yo jugaba a las escondidas con mis primos los hijos de mi tía Mónica, ellos tenían casi mi edad, Arnold y Verónica corrían a esconderse mientras que yo contaba, termine de contar y fui a buscarlos por toda la casa, encontré a Arnold escondido en la habitación de huéspedes, estaba debajo de la cama, luego comenzamos a buscar a Verónica pero no la encontrábamos, nos asustamos y luego recordé que no habíamos buscado en el despacho, entramos y sentí un poco de miedo, efectivamente ahí se escondía Verónica debajo del escritorio, salió dándonos tremendo susto y corrimos antes de que mi tío nos fuera a regañar por haber entrado ahí sin su permiso.
Estábamos almorzando unas deliciosas costillas cuando sentí de nuevo aquella mirada, podía ver de reojo que había alguien observando pero no había nadie, desconcertado de que esto pasara nuevamente, comí muy intranquilo y no me aguantaba por regresar a casa.
Nosotros vivíamos a unos kilómetros de la casa de mi tío, en cuanto llegamos me sentí de nuevo a salvo, pero esa sensación extraña no se me quitó.
Estaba lavando mis dientes antes de dormir, recuerdo haber sentido aquella presencia acercándose, miré para ver quién era y no había nadie, estaba seguro de que ahora esta cosa se había venido a mi casa, era el mismo miedo, el mismo escalofrío, terminé de lavarme los dientes y salí rápidamente del baño.
Poco a poco aquella sensación se hizo más fuerte y no me hubieron más dudas, ahora esa presencia era parte de mi...