"Oigo tu voz... Sueño contigo, eres mi ángel de paz a tu lado yo quisiera estar... Tus alas me llenan el alma..."No había nada en la habitación, nada más que un recuerdo, algo me decía que ella estaba ahí pero que al mismo tiempo también se había ido, ella se había ido de mi, ahora pertenecía a otro mundo al que siempre había pertenecido.
Estaba furioso con Elena por haber entrado así a la habitación y por haber espantado a Tamy si es que estaba ahí, me había arrepentido de traerla porque de no haber entrado quizás Tamy se hubiera comunicado conmigo quién sabe... Ya ni sabía que pensar.
El resto de la velada estuve intranquilo, quería regresar al despacho pero no sabía si hacerlo, tal vez era hora de dejarla atrás y seguir con mi vida, pero mi vida y gran parte de ella fue Tamy mi ángel protector pero también mi ángel oscuro.
Nos fuimos y miré hacía atrás, podría jurar que una sombra blanca se dibujaba en la ventana de una de las habitaciones, parecía ser ella quien se despedía de mi, entonces Elena me tomó de la mano y me condujo al auto, miré de nuevo y la sombra ya no estaba, quizás sólo había sido el reflejo del sol en el vidrio de la ventana.
Regresamos a la Universidad y por supuesto Elena había quedado encantada con mi familia, yo por mi parte no sabía si estaba bueno darle las ilusiones que no eran, pero ella era real y era tan buena conmigo, Tamy al contrario era un monstruo disfrazado de una bella criatura, era fría, calculadora, molesta, acosadora y era mía...
Pensé que soñaria con ella esa noche, pero mi mente la había borrado o simplemente no quería hacerme más daño, lloré como niño cuando me desperté y me sentía solo, ni los ronquidos de Jeff me hacían compañia...
Cada año la tierra se renueva y se destruye, cada estación tiene un porqué, así como el verano nos da calor y risas, el invierno nos da frio y abrazos junto al fuego, el otoño nos da un cambio de apariencia en los árboles y festividades, la primavera nos da belleza y amor, así como se renueva la tierra se renueva la vida, cada día nos hace diferentes, aprendemos nuevas cosas aunque la rutina sea las misma, también cada día sirve para que el tiempo pase, cada día era un granito de arena que aliviaba mis penas y mi dolor, en todos esos días me hice diferente, me hice fuerte o al menos eso sentía.
Resultó que uno de esos días decidí estar junto a Elena, decidí darle algo más que mi amistad y mis palabras, ella era mi verano y Tamy era mi invierno, Elena era mi otoño pero Tamy mi primavera...
Pasaron dos largos años y mi querido tio finalmente se casó, un acontecimiento único en la vida de todos. La boda fue hermosa y claro no tuvimos que ir a la casa...
-Ya era hora galán, me alegra de que finalmente te pusieran la soga al cuello, dijo mi papá entre risas.
-Muy gracioso hermano, pero por lo visto también le echan la soga a nuestro Ben.
-¿Yo?
-Jajaja si casanova, ya vi lo bien que te llevas con Elena hacen buena pareja.
-No tío soy muy joven no me quiero casar aún.
-No digas eso Ben o vas a terminar igual a este rabo verde jajaja.
-Ya deja tus bromas hermano jaja.
-Por cierto siempre van a vivir en tu casa ¿Cierto?
-No lo sé, he pasado tanto tiempo en esa casa que no creo que a mi esposa le guste mucho además con lo de que ahí murió una niña.
-¿Cómo? Preguntó papá asustado.