Capítulo 1: Yo te enseño

762 33 11
                                    

- ¿Quién más falta? – preguntó la capi, no esperó a que le respondiéramos, se acordó de un nombre – deja llamar a la Pulga.

Me até el pelo en un moño. Las otras chicas empezaron a estirar mientras la líder del equipo hablaba por teléfono.

- ¿Aló?... Sí... ¿cómo que no?... Desde que el Erick te habló por insta ya no te juntai más con nosotras po... Ya oh, chao – la escuchamos decir.

- ¿Qué pasó? – habló la Luci cuando la Fran caminó hacia nosotras.

- La Pulgarcita dice que no va a poder venir porque tiene que estar pendiente por si el Erick le responde.

- Weona con suerte – exclamaron atrás.

- Rapu, vai a tener que entrar tú – señaló sin mirarme. Mis compañeras no dijeron nada.

La verdad es que yo buena pa jugar a la pelota no era. Me gustaba caleta sí, pero nunca había jugado de titular en el equipo, con suerte chuteaba cerca de las gradas donde me dejaban cuidando los polerones.

- ¿Qué? ¿Yo? – no atiné mucho por lo repentino de la situación - ¿Por qué yo?

- Porque la Pulga no viene, ¿no me escuchaste? – la capi se estaba entrando a chorear.

- Pero Fran, igual nos va a faltar una – agregó otra niña.

- Filo, por último chuteamos un rato – respondió. Ya habíamos pagado el arriendo de la cancha, había que aprovecharlo aunque no pudiéramos jugar un partido como tal.

Un cabro nos silbó desde fuera de la reja para captar la atención. Nos giramos a mirarlo.

- ¿Les falta uno? – la capi asintió con la cabeza - ¿puedo jugar?

Andaba con otros minos, habían desocupado hace poco la cancha del lado, también estaban jugando a la pelota. Corrió hacia nosotras con una sonrisa.

- Joaquín Montecinos – se presentó. Estaba medio sopeado pero lo saludé de beso igual, era re simpático. Me alejé un poco del grupo para ir a cambiarme zapatillas ahora que sabía que iba a jugar.

- Ya, voh vai a defender con la Rapu – oí a la Capi dando instrucciones. La Fran se había ganado ese puesto, su forma de dirigir se imponía.

- ¿Cuál es la Rapu? – interrumpió él, algo confundido.

Montecinos' POV.

- ¿En serio no me queri acompañar? – insistí.

- Te dije que tengo que llevar a la Paula al Monticello, está enojada conmigo porque no voy a pasar la Navidad con ella – me respondió el Pancho al otro lado del teléfono.

- Dale – suspiré – pero pa la otra teni que venir conmigo po, si vamos a ser partners en La Roja.

- ¿Y si me asaltan? – se rio. Era una talla interna con los cabros, lo molestábamos porque Sierralta era cuico.

- Te ponemos un gorro para que no se note que eri rubio y pasai piola. Ya, te dejo, me están esperando para jugar – me despedí y guardé el celu.

Me había juntado con unos amigos de infancia, hace caleta que no jugábamos un partido juntos, fue bonito el reencuentro. Nos quedamos un rato afuera de las canchas conversando de la vida, a qué se dedicaba cada uno, y así. Me percaté de que un grupo de mujeres iba a jugar en la cancha del lado.

- Qué bacán que haya un equipo de minas – dije cambiando el tema, me había llamado la atención.

- Sipo, son las mejores de la pobla – agregó mi amigo con orgullo, se acercó un poco más a la reja – les falta una parece.

Juega conmigo (Joaquín Montecinos y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora